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Fernando Haddad, el académico que busca presidir Brasil en nombre de Lula y un partido manchado por la corrupción

El candidato izquierdista Fernando Haddad pasó a disputar la presidencia de Brasil en un balotaje con el ultraderechista Jair Bolsonaro, que ganó la primera vuelta. Un reto gigantesco para un candidato cuyo Partido de los Trabajadores está plagado de escándalos.

Fernando Haddad posee una trayectoria académica, pero ensayará un arduo acto de malabarismo político para disputar la presidencia de Brasil con el ultraderechista Jair Bolsonaro en un balotaje el 28 de este mes.

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Por un lado, Haddad tiene el reto de detener el ascenso de Bolsonaro, que ganó la primera vuelta este domingo al obtener 46,16% de los votos válidos con 99,42% de las urnas escrutadas, contra 29,09% del candidato de izquierda.

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Para eso, el exalcalde de São Paulo de 55 años debería reunir el apoyo de casi todos los electores que evitaron votar a su rival en la primera vuelta y convencerlos de que él es la mejor opción que le queda a Brasil.

Por otro lado, Haddad representa a un Partido de los Trabajadores (PT) manchado por sucesivos escándalos de corrupción y cuyo líder, el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva, está preso por ese delito.

Se trata del mayor desafío en la carrera política de este experto en marxismo, que es menos conocido en muchas partes de Brasil que en las selectas aulas de ciencia política de la Universidad de São Paulo (USP), donde enseñó teoría política.

Y tiene apenas tres semanas para intentarlo.

El profesor y las circunstancias

Hijo y nieto de inmigrantes libaneses nacido en un hogar de clase media de São Paulo, Haddad estudió derecho, obtuvo una maestría en economía y un doctorado en filosofía.

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Además de ser un respetado profesor en la USP, trabajó en el sistema financiero como analista de inversiones de Unibanco.

"Vivo del salario. Soy profesor universitario, yo y mi esposa, con quien estoy casado hace 30 años. Tengo ética, tengo una historia", dijo Haddad el jueves en el último debate de candidatos, televisado por la cadena Globo.

Entró a la gestión pública en 2001, con un cargo medio en la alcaldía de São Paulo y luego en ministerios del primer gobierno de Lula.

En 2005 fue designado ministro de Educación, posición que ocupó hasta 2012, ya bajo la presidencia de Dilma Rousseff.

Su ingreso al gabinete de Lula ocurrió durante la primera gran crisis de corrupción del gobierno del PT, el escándalo de compra de votos en el Congreso denominado "Mensalão".

Según la revista brasileña Piauí, la propia madre de Haddad lo llamó entonces para preguntarle si aceptaría ser ministro en tales circunstancias, y él respondió: "Mamá, si no fuesen estas las circunstancias, nunca me ofrecerían el Ministerio".

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Del mismo modo, Haddad puede decir hoy que el PT nunca habría lanzado su candidatura menos de un mes antes de la primera vuelta del domingo, si Lula no hubiese visto la suya impedida.

Como ministro, Haddad impulsó proyectos innovadores como el Programa Universidad para Todos (ProUni) que concedió cientos de miles de becas a estudiantes de baja renta.

Eso le sirvió de trampolín para su candidatura a la alcaldía de la mayor ciudad de Sudamérica en 2012. Fue electo pese a que inició la campaña con menos de 3% de intenciones de voto.

Descubrió así algo más: el poder de Lula para transferirle votos al señalarlo como su elegido. Pero en esta elección ese fenómeno parece haber sido mucho más limitado hasta ahora.

"Enorme decepción"

Haddad pasó tiempos difíciles como alcalde de São Paulo.

Un aumento de las tarifas de transporte público en 2013 generó protestas en la ciudad que, tras la violenta represión de la policía, dispararon manifestaciones masivas en todo el país por mejores servicios públicos.

Eso supuso una nueva crisis para el gobierno del PT, ahora bajo la presidencia de Dilma Rousseff, que se agravaría con el escándalo de sobornos del "Lava Jato" en torno a la petrolera Petrobras, y la mayor recesión económica que Brasil recuerde.

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