En un emotivo discurso, el primer ministro de Australia, Scott Morrison, pidió disculpas este lunes de forma pública a las miles de víctimas de abusos sexuales en el país.
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Las disculpas forman parte de un proceso de cinco años en el que distintas investigaciones revelaron que durante décadas cerca de 10.000 niños sufrieron abusos sexuales en instituciones oficiales y públicas de Australia.
"Hoy reconocemos y afrontamos el llanto perdido de nuestros hijos", dijo ante un auditorio repleto en la capital, Canberra, al que acudieron varias víctimas.
"Debemos tener la humildad para arrodillarnos ante estas personas que fueron ultrajadas y rogar para que nos perdonen", agregó.
La investigación, que concluyó el pasado diciembre, se centró en el testimonio de 8.000 víctimas de abusos en organizaciones tales como iglesias, escuelas y clubes deportivos.
Con la voz de a ratos temblorosa mientras leía, Morrison reconoció el sufrimiento de las víctimas y condenó con vehemencia las fallas institucionales.
"¿Por qué ignoramos el llanto de los niños y de sus padres? ¿Por qué nuestro sistema de justicia fue ciego ante la injusticia? ¿Por qué nos tomó tanto tiempo actuar?"
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Y añadió: "Como me dijo uno de los sobrevivientes hace poco: ‘No fue un enemigo extranjero el que nos hizo esto. Esto fue hecho por australianos contra australianos, enemigos en nuestro territorio, enemigos de nuestra inocencia’".
"El trabajo no está completo"
Muchos de los sobrevivientes presentes se mostraron conmovidos por las palabras de Morrison, aunque después del acto mostraron su frustración por la respuesta del gobierno ante la investigación.
"Las víctimas han llegado a este lugar con el corazón cargado de tristeza", dijo Leonie Sheedy, el director de la Red de Asistencia a las Víctimas de Abusos Sexuales en Australia, conocida como Care Leavers.
"Es maravilloso que nuestro país se disculpe, pero hay mucho trabajo por hacer", añadió.