El 19 de abril de 1993, el mundo vio como un rancho en la localidad de Waco, en Texas, ardió en llamas. Dentro se encontraban el líder religioso David Koresh y decenas de miembros de su secta, que llevaban 51 días sitiados por las autoridades estadounidenses. Estas tenían información de que la Rama de los Davidianos, el culto de Koresh, guardaba un arsenal en esas instalaciones. Tras un intento fallido de arrestarlo y registrar el lugar que derivó en la muerte de cuatro agentes y seis davidianos, el asedio se alargó durante varias semanas hasta el repentino incendio, que dejó un saldo de 72 fallecidos, Koresh entre ellos.
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Koresh se volvió tristemente famoso como el autoproclamado profeta que se creía el nuevo Cristo.
Sus seguidores estaban a su merced y, sorprendentemente, 30 de ellos eran británicos. De estos, 24 murieron después de que el largo sitio acabara trágicamente.
Venían de Londres, Manchester y Nottingham, personas comunes y corrientes entre los 20 y los 30 años de edad.
La historia los ha olvidado. Estas son sus historias.
Una chica ‘soul’
Su hermana Gail guarda con cariño recuerdos de una chica vivaz: "Yo la solía llamar ‘multitud-en-alquiler’ porque siempre estaba rodeada de un grupo de chicas. Le encantaba Van Halen y la música ‘soul’: ella y sus amigas iban a conciertos por todo el país".