"Me llevó a un bosque, a un lugar aislado. Y me gritó: ‘¡Pon tus manos sobre el árbol!’"
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"Yo lloraba, gritaba y le rogaba que no me hiciera daño".
"Él me dijo que no mirara y comenzó a cortarme las manos".
Esta es la historia de la rusa Margarita Gracheva, de 26 años, víctima de la violencia de su esposo.
En diciembre de 2017, después de dejar a los niños en la guardería, su ahora exmarido Dmitry Grachev llevó a Margarita a un bosque en las afueras de Moscú.
Allí le hizo torniquetes en sus brazos y le cortó las dos manos con un hacha.
Después de eso, la llevó sangrado al hospital y les dio a los médicos una caja con la mano derecha de su esposa. Luego se entregó a la policía.