Mientras miles estudiantes venezolanos abandonan sus estudios y el país para huir de la crisis, otros universitarios extranjeros hacen el camino inverso.
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Tito Bohórquez, ingeniero agrónomo, viaja dos veces al año una distancia de 2.500 kilómetros entre su natal provincia de Los Ríos, en Ecuador, y Maracaibo, en el noroeste de Venezuela, para participar en clases presenciales de su doctorado en Ciencias Agropecuarias.
El primero de los vuelos que toma tarda tres horas antes de hacer escala en Caracas. Debe pagar también por estadías en hoteles, comidas y taxis. El desgaste vale la pena, dice.
Profesor contratado y director de la carrera de Agropecuaria en la Universidad Técnica de Babahoyo, en Ecuador, Bohórquez es parte de un grupo cada vez más numeroso de profesionales ecuatorianos y colombianos que cursan estudios de postgrado en la Universidad del Zulia(LUZ) en Maracaibo, cerca de la frontera con Colombia.
Estudian especialidades, maestrías y doctorados en Medicina, Odontología, Ingeniería, Derecho, Veterinaria, Humanidades y Agronomía.
"Nunca pensé en estudiar acá", admite Bohórquez antes de explicar por qué se decidió.
Es la segunda de sus tres estancias de clases intensivas en Venezuela durante su doctorado. La primera fue en abril, también por tres semanas.