El bar Sa Trinxa está en una de las playas de arena blanca que caracteriza a Ibiza. Durante el verano, las hojas de palmera cuelgan del techo, la música vibra en los altavoces y los jóvenes se acercan para almorzar tarde y beber cerveza fría.
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Pero al igual que otros muchos locales al aire libre de la isla española, el Sa Trinxa recientemente se vio obligado a ajustarse a nuevas y estrictas regulaciones.
Al bar le informaron que tiene que bajar el volumen de la música e instalar un limitador para controlarlo.
"La gente viene aquí por la música", dice Álvaro, el gerente del establecimiento.
"Me gustan los lugares tranquilos en mi día libre, pero esto es Sa Trinxa…", dice.
Las autoridades de Ibiza establecieron que la música en lugares al aire libre debe estar limitada a los 65 decibelios (db), un poco más fuerte que una conversación normal pero más silencioso que la mayoría de las aspiradoras.