En los últimos días de la Unión Soviética, los rusos usaban el humor para escapar de la desoladora realidad del estancamiento económico, la escasez de alimentos y las largas filas para conseguir cualquier cosa.
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La sátira política florecía en la televisión en forma de marionetas de látex durante la década de 1990, pero fue rápidamente extinguida cuando Vladimir Putin llegó al poder.
En la Rusia actual, en la cual los medios están mayormente controlados por el Kremlin y sus aliados, hay poco margen para el humor político genuino a menos que este sea utilizado para desviar la culpa del gobierno.
¿Cómo Rusia convierte la crítica en un chiste?
El humor y la ridiculización fueron una parte clave de la respuesta de Moscú cuando Reino Unido afirmó que era "altamente probable" que Rusia estuviera detrás del envenenamiento del exespía Sergei Skripal y de su hija, Yulia, en la ciudad inglesa de Salisbury.
Desde entonces, funcionarios rusos y personalidades de los medios han intentado convertir la frase inglesa de "altamente probable" en una lema de burla que implica que Rusia está siendo culpada de todo con la evidencia más endeble.
Se han apropiado de una serie de figuras populares de la literatura inglesa, tales como Hercule Poirot de Agatha Christie y Sherlock Holmes de Conan Doyle, para ridiculizar los señalamientos británicos sobre la implicación de Rusia en estos envenenamientos, que ellos afirman no tienen fundamento.
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https://twitter.com/RussianEmbassy/status/975309334191230977
En el tuit de arriba, la embajada de Rusia publicó en marzo de 2018 la foto de un actor británico que interpreta al detective ficticio Hercule Poirot con el texto: "Ante la ausencia de evidencia, ¡definitivamente necesitamos a Poirot en Salisbury!
Roman Dobrokhotov, cuya página web de investigación The Insider participó en la identificación de Anatoliy Chepiga como uno de los supuestos sospechosos por el envenenamiento, afirma que ese tipo de burla busca "bajar el nivel de la discusión de forma deliberada".
¿Cómo funciona la estrategia?
"Ellos no pueden responder de forma seria y directa al asunto, así que empiezan a hacer teatro. Es un intento de burlarse, de reducir todo a nada", le dijo Dobrokhotov a la BBC.
Argumenta que junto a las teorías de la conspiración y a las narrativas engañosas este tipo de táctica busca sembrar la duda.