*Este artículo se publicó antes de conocerse este lunes la noticia de que Imelda Cortez fue absuelta del delito de "homicidio agravado tentado" del que estaba acusada, por lo que será puesta en libertad. Esta es su historia.
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Imelda Cortez es una joven madre a punto de cumplir 21 años que podría haber acabado en prisión por causa de las estrictas leyes contra el aborto de El Salvador, pese a que nunca ha abortado.
El 17 de abril de 2017 la joven dio a luz a una niña producto de una violación a manos de su padrastro, Pablo Henríquez, de más de 70 años.
Cortez, sin embargo, asegura que no sabía que estaba embarazada, pues además de amenazarla para que no denunciara los abusos que empezaron cuando ella nada más tenía 12 años, su padrastro le había asegurado que ya "no podía pegar hijos".
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Y fue así como una tarde abril, aquejada de fuertes dolores de vientre, la joven se dirigió a la letrina de su humilde casa de Jiquilisco, una zona rural del departamento de Usulutlán, donde se produjo el parto.
El bebé terminó entre los excrementos y la madre en el hospital. Y más de un año y medio después, un juzgado local se prepara para determinar si la joven es o no culpable de "homicidio agravado tentado", como asegura la Fiscalía General del más pequeño de los países centroamericanos.