No es ella. Nunca estuvo en esa habitación y no ha grabado un video explícitamente sexual.
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Y sin embargo, Scarlett Johansson aparece en varias películas porno.
¿Cómo puede ser?
La estrella de Hollywood es otra víctima de los deepfakes, videos modificados utilizando tecnología de intercambio de caras a través de inteligencia artificial.
El rostro del verdadero protagonista se reemplaza por el de otra persona con una fidelidad de movimientos que hace difícil distinguir si es falso o real.
De ahí el descorazonador mensaje de la actriz. "Intentar protegerte de internet y su depravación es una causa perdida", declaró Johansson al diario estadounidense The Washigton Post.