Cada año miles de pingüinos de Magallanes acaban varados en las costas de Sudamérica, muy lejos de sus sitios de reproducción en el norte de la Patagonia.
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"Llegan en muy malas condiciones, porque no han logrado comer lo suficiente y por eso van a la playa a morir", le dice a la BBC el Dr. Flavio Quintana, investigador del Centro Nacional Patagónico en Argentina.
Efectivamente, desde las costas del norte de Argentina hasta el sur de Brasil, miles de estos animales son encontrados cada invierno muertos, heridos o cubiertos de petróleo.
Y uno de los grandes misterios de esos hallazgos es que las hembras tienen una probabilidad tres veces mayor de acabar varadas y muertas que los machos.
Esto es muy grave, porque los pingüinos forman parejas de por vida y la muerte de las hembras puede impactar seriamente en futuras poblaciones.