Fue como si hubiera perdido a un hermano mayor. Así describen los que estuvieron muy cerca, cómo vivió Evo Morales el fallecimiento de Hugo Chávez en 2013.
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El boliviano fue, muy probablemente, el presidente que más cariño y agradecimiento tuvo por su par venezolano.
A tal punto, señalan los testigos, que la "lealtad" que el gobierno de Bolivia mantiene por la Revolución bolivariana se puede explicar más por ese vínculo que por la coyuntural alianza económica y política que mantienen Caracas y La Paz.
Evo Morales lloró el fallecimiento de Chávez, no solo por la partida de un socio y un aliado, sino por la pérdida de una de las personas que más creyó en él y que lo apoyó sin reparos en sus momentos más difíciles.
Y cinco años más tarde, con Venezuela viviendo una profunda crisis económica y política, Morales es uno de los pocos presidentes que sigue expresando siempre que puede su apoyo a la Revolución bolivariana.
Pese a la ola de críticas a Maduro encabezadas por los 13 países reunidos en el Grupo de Lima, Bolivia sigue apoyando al presidente venezolano y es uno de los que no ha puesto en duda la legitimidad de su mandato.
Por ello, este jueves, fue uno de los pocos presidentes que decidió acompañar al mandatario venezolano en su nueva posesión presidencial.
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Las llamadas de Chávez
Cuando Morales todavía era apenas un diputado opositor y dirigente sindical, en 2002, Chávez ya lo tenía en el radar.
"Tenemos que hablar, indio. Tenemos que hablar, Evo", le gritó el venezolano en La Paz durante una visita oficial que hizo en ese entonces. Era en una época en la que no muchos calculaban que el todavía dirigente cocalero sería el futuro presidente de Bolivia.
Así lo relató el mismo Morales, pocos días después del fallecimiento de su amigo para la cadena Telesur.