"Las probabilidades de una guerra civil, que nadie desea, se vean ahora más cerca que nunca".
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En una carta sin esperanza en que el país recupere la cordura y donde acusa al presidente de Nicaragua Daniel Ortega de implantar una "dictadura", el magistrado de la Corte Suprema de Justicia, Rafael Solís Cerda, renunció a su cargo a través de una dura misiva.
Es la primera vez que un alto cargo en el país acusa directamente al gobierno de Ortega de establecer un "Estado de terror", permitiendo entre otras cosas, que la policía utilice armamento de guerra contra los manifestantes.
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Solís es considerado el artífice del fallo judicial que posibilitó la primera reelección del presidente Daniel Ortega en 2012 y era uno de los principales aliados de Ortega en el poder judicial.
Su renuncia a la Corte y al partido de gobierno, el Frente Sandinista, es sin duda la más significativa que se ha producido en el país centroamericano desde el inicio de la ola de protesta que han dejado más de 325 muertos y al gobierno de Ortega acusado por crímenes de lesa humanidad.
Sin embargo el presidente Ortega insiste en que las manifestaciones son en realidad un "intento de golpe de Estado".
https://twitter.com/nicaraguainvest/status/1083520334500892672
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"Han sembrado el miedo en nuestro país y ya no existe derecho alguno que se respete con las consecuencias inevitables de la instalación y consolidación al menos de una dictadura con caracteres de monarquía absoluta", dice la carta difundida el 10 de enero por la plataforma digital Nicaragua Investiga.
"Si no se hubiera matado tanta gente, yo estaría con ustedes y continuaría en la Corte y en el Frente", dice Solís en la carta, hecha pública a través de las redes sociales.
"Pero no hubo tal golpe de estado, ni agresión externa, sino un uso irracional de la fuerza y ustedes se empeñan en continuar haciendo mal las cosas hasta llevar al país a una guerra civil de la cual yo no quiero ser partícipe", continúa la misiva.