Día 8 de "Temp": "La trabajadora temporal se tropieza con un tiroteo"

“¡Retroceda!”. Un policía parado al frente de un estacionamiento que estaba acordonado con una cinta amarilla gritó que nos moviéramos. Vimos francotiradores en el techo.

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Sara número 3 estaba cerca y le preguntamos qué pasaba.

“Kevin Taylor está atrincherado dentro de los restos del almacén”.

“¿Y…?”.

“Dice que se va a suicidar”.

“Dios santo. ¿Tiene rehenes?”.

“La policía cree que no”.

Y hablando de drama. Justo después, el señor Xu y su papá, Xu padre, se detuvieron en la calle y se acercaron. Los pusimos al tanto. Xu padre fue en busca de más información, mientras que el señor Xu, fiel a nuestro acuerdo, fingió hablar español como si lo hubiera aprendido en una guía mediocre de castellano.

“Este episodio con pistola ser un poco glorioso problema para feng shui. Poner en peligro la benevolente oferta para comprar la compañía”.

Las dos Saras vieron cómo se evaporaba su participación en la compra de la empresa y, llenas de pánico, fueron a la caza de Mel, el de nómina.

El señor Xu metió la mano en una bolsa de papel de la tienda Whole Foods para sacar unos aperitivos. Una vez que las Saras estaban fuera del rango de escucha, le pregunté qué comía.

“200 dólares de salmón retirados del cultivo de British Columbia. Nada mejor para entrenar para un maratón. ¿Quieres un poco?”.

“Ick, no, gracias. ¿Un tiroteo de verdad impediría la compra de la compañía?”.

“Mi padre es completamente anticuado. No podría comprar un edificio en donde murió alguien. Un enfrentamiento como éste podría ser malo. Me importa poco, pero creo que debemos viajar esta noche a China para discutirlo con la familia”.

“¿De verdad?”.

“Sí, lo cual también altera mi calendario de entrenamiento, porque ayer encontré una ruta perfecta para correr, al lado de una escuela primaria que cerraron por recortes en los impuestos. La suave hierba sin segar es perfecta para los pies”.

Mi preocupación empezó a crecer. “¿Y qué va a pasar con nuestro… con nuestro plan secreto?”.

Me guiñó el ojo. “Una cosa a la vez, Shannon. Por cierto, fui invitado a una noche de póker y supe qué hacen los vecinos de la compañía contratista de defensa”.

“¿Qué?”.

“Tableros para poner las bebidas en los controladores de los drones”.

“A mi hermana le encantaría eso… momento, ¡los drones no son tripulados!”.

“Tal cual”.

Luego se oyeron disparos. ¡Dios santo! Corrimos y nos agachamos al lado de una camioneta pick-up. Fue como en las películas: hombres de negro corrían por el techo, junto a más tipos que salían de todas partes. Temía que Kevin resultara muerto. Es un buen muchacho, pero últimamente la vida no ha sido muy amable con él.

Hubo un poco de silencio y después oímos un chirrido de llantas, como un camión de juguete. Una carretilla salió de las dos amplias puertas del almacén, y en ella estaba pegado un muñeco del cuerpo de Kevin de la cintura para arriba, sosteniendo un palo de escoba como si fuera un rifle. Fue atravesado por las balas.

“Uh oh”.

continuará…

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