Mauricio Correa es su nombre, MAMTÁSTICO su seudónimo (@mamtastico en Twitter). Este muralista colchagüino de 29 años, ex diseñador de la marca Maui&Sons, es además licenciado y pedagogo en Arte y Diseño de la Universidad Tecnológica de Chile, Inacap. Precisamente por eso llegó a ser “el profe” del taller de muralismo del colegio María Escobillana Guzmán de Graneros, donde por estos días realiza el quinto de los ocho murales que conforman “Agonía fáunica”, su proyecto ganador del Fondart donde retrata animales chilenos en peligro de extinció, en diferentes escuelas públicas de esta comuna de la región de O´Higgins.
“Vamos a pintar al puma chileno como parte de la clase. Los chicos están muy expectantes y yo también, es una linda forma de darle sentido a este proceso”, comenta sobre el trabajo que se suma a sus anteriores realizaciones: el zorro chilote, loro tricahue, huemul y picaflor de Arica. “Se trata de llevar el arte urbano a la gente común, descentralizarlo, educar y también intervenir socialmente. Son niños que por su realidad no sólo desconocen a estos animales, sino que tampoco han tenido mucha oportunidad de ver artes visuales. En el mismo proceso se genera consciencia con la naturaleza, la cultura y su identidad”, explica.
Su labor (que puedes ver en www.mamtasticostreetart.com) incluye además otras tres creaciones: el canquén colorado, el gato andino y la vicuña. La iniciativa además dejará en cada establecimiento una gran fotografía con todas las obras elaboradas, para que se entiendan en su conjunto, y acompañará los murales con una placa explicativa con el nombre del animal y la causa que pone en riesgo su supervivencia. “En muchos casos es por la cacería, en otros la destrucción de su ecosistema por el uso de pesticidas que terminan por envenenarlos. También la domesticación. Al loro tricahue, por ejemplo, la gente lo atrapa para llevarlo a sus casas, y no saben el daño que les hacen porque ellos viven necesariamente en pareja. Acaban muriendo”, se lamenta.
¿Pura maldad?
No creo, más bien desconocimiento, falta de información. Por eso hacemos este trabajo. Los niños muchas veces conocen más de la fauna extranjera que de la nacional, por las imágenes que ven en el cine o la televisión. Lo que hacemos con este proyecto es insertar al animal en su imaginario a través de la reiteración de una imagen que verá cotidianamente y en la que también participó, o al menos estuvo durante su creación. Así absorbe la enseñanza y también genera empatía con ese animal hasta ahora desconocido.
¿Por qué quisiste abordar esta temática?
En mi proyecto anterior, “Conciencia mural”, trabajé la contaminación del medioambiente. Pinté seis murales en edificios de cuatro pisos de la población Rancagua sur, también de O´Higgins. Cuatro con una problemática, como los incendios forestales o la contaminación de las aguas, y dos con soluciones, como el reciclaje. Quise continuar profundizando el tema de la naturaleza, pero aterrizarlo ahora en Graneros, que es mi ciudad.
¿Cuál fue tu criterio de selección?
Quería representar diferentes zonas del país, por eso escogí animales del norte, centro y sur. Cuando empecé a investigar me di cuenta que existían algunos que ni siquiera yo había oído nombrar, por eso me quedé con el canquén colorado, por ejemplo. También me pareció importante llevar otros que fueran icónicos, como el huemul, que aunque está en el escudo nacional, hay muchos niños que no lo conocen.
¿De qué forma lo trabajas?
Lo primero es la idea. Investigar y ver cómo lo quiero visualizar. Después dibujarlo en una croquera, hacer una especie de bosquejo con tiza directamente en el muro y luego lo pinto con esmalte al agua. Hay muchas murallas que deben trabajarse antes para que la superficie quede más pareja. Y sobre el mural en sí, hay unos más literales, como el caso del zorro chilote, al que le pinté una mira, representando la caza, y otros con conceptos más abstractos, donde se juega con las formas o la paleta de colores.
Igualmente todos se entienden…
Esa es una opción mía. A la gente común y corriente que no está tan familiarizada con las artes visuales, no le gusta sentirse invadida por “rayados” que no entiende. A nadie le gusta sentirse tonto. Por eso tomé la decisión de abordar los temas con una estética reconocible, comprensible. Si bien hay algunos trabajos más literales, todos logran percibirse y eso hace que la gente se sienta cercana a ellos, los quiera y cuide, y el mensaje también se interiorice mejor.
¿Cómo han recibido los niños esta intervención?
La interacción con los niños ha sido demasiado buena. Eso es muy gratificante. Mientras estoy pintando ellos se acercan, preguntan, toman fotos. Yo les voy contando la historia de cada animal, su lugar de origen y razones por la que puede extinguirse. Son las nuevas generaciones las que van a mantener o no la naturaleza y nuestra identidad, por eso es tan importante involucrarlos con su cultura.