El modelo para sentirse un aprendiz de Sebastien Loeb

El invencible y archi repetido campeón mundial del Rally insufla la aspiración vertiginosa de Citroën y en ese acto casi sublime nade el DS3 Racing que ya está en Chile y que tuvimos el privilegio de sentir en la pista de carrera.

El impacto y belleza de la línea DS de Citroën ya lleva un tiempo entre nosotros. Y al pionero que fue el más pequeño de la elegante e historia serie le faltaba el rey, el jefe, el que manda. En todo y por todo. Y el trazado de Las Vizcachas fue el trazado idóneo para hacer que en su llegada se sintiera en casa. Si bien se comercializarán unas decenas de unidades durante todo un año, la presencia del DS3 Racing es importante, superlativa y rotunda. Es la expresión de que la belleza también tiene su lado salvaje.
Una bravura felina y explosiva que se manifiesta con rasgos diferenciados del resto de los hermanos DS3. Y como prueba saluda ante un simple examen visual un difusor hecho de fibra de carbono, hay adhesivos en la carrocería y el color de la posibilidad denominada “blanco Banquise” sabe de carcasas rojas en los retrovisores, con el tono de la sangre repasando las pinzas de freno, el marco de la parrilla y las llantas. Los asientos son de tipo deportivo y durante la presentación y toma de contacto junto a pilotos profesionales hubo muchos que hablaban de “las butacas”. El techo de este blanco Banquise puede tener un decorado muy racing en grises y grafitos.
Los fanáticos del nicho europeo y deportivo de motores turbo y dos puertas saben que los 6,5 segundos que el DS3 Racing demora en acelerar de cero a cien kilómetros por hora lo colocan o por encima de competidores de fuste e igualmente adrenalínicos. Estoy pensado en un Clio RS (6,9 segundos)o en el chúcaro Corsa OPC (7,2 segundos) que tuve el privilegio de testear en una pista de prueba en Alemania el año pasado.
Bueno, y para controlar o saber detener a esta gacela briosa, Citroën pone a disposición de sus usuarios unos frenos con pinzas de cuatro pistones y discos diseñados exclusivamente para esta versión. Las llantas poseen una medida de 18 pulgadas que completan neumáticos de 215/40.

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SECRETOS DE SU ESENCIA

Pero qué hay debajo de ese bello ajustado capot. Allí se cobija una variante potenciada del motor sobrealimentado 1.6 THP de 150 CV que tanta gracia ha acarreado a modelos audaces del Grupo PSA Peugeot Citroën. En el caso de nuestro DS3 Racing la sumatoria escala, con el mismo propulsor 1.6 a fervientes 203 CV a 5.800 rpm; el torque máximo, a su vez, crece de 240 a 275 Nm. En la búsqueda de semejantes “estirones” de la ingeniería, Citroën se jugó por una modificación del turbocompresor y del sistema de escape.
Bueno, pero eso no es todo, ya que esta edición limitada de tan soberbia creación experimenta modificaciones en el bastidor con el propósito manifiesto de que sus reacciones sean más deportivas. Citroën detalla que las vías son 30 mm más anchas y los muelles y amortiguadores entregan mayor firmeza. Así, la carrocería se sitúa 15 mm más próxima al suelo que en un DS3 normal. La asistencia de la dirección fue reprogramada y algo similar sucede con el control de estabilidad que se desconectar y que desconectamos para vivirlo como se debe vivir en las seguras sinuosidades del Centro de Manejo Avanzado en Las Vizcachas.
Señoras y señores, Citroën merece un aplauso (y nosotros disfrutar de más tiempo de este auto bello, inolvidable, feroz y tecnológico). Por favor.

 

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