MOTORISTA: Un mal casco podría dejarte sordo

A muchos motoristas les hace feliz que el viento les acaricie la nariz al conducir. Sin embargo, si el viento llega a silbarles con fuerza en las orejas durante demasiado tiempo, podrían sufrir a la larga incluso una pérdida de audición. Al conducir por autopista sin usar el casco adecuado, puede llegar a registrarse un nivel de decibelios similar al de una discoteca.

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Los motoristas no se vuelven de inmediato sordos por algo así, pero todo depende, como con todo, de la dosis: Quien va a menudo en moto con un casco que no protege lo suficiente contra el ruido, corre más peligro de sufrir daños permanentes en el oído que con un casco aero-acústico optimizado.

Los cascos ruidosos implican además otros peligros, como por ejemplo el no poder escuchar bien un claxon o la sirena de un coche de la policía. En ocasiones, motociclistas cansados de los ruidos dentro del casco llegan a usar tapones para los oídos. Mucho ruido significa estrés, algo que puede cansar al motorista y llevarlo a perder la concentración.

El nivel de ruidos dentro del casco depende entre otros elementos del molde, el relleno y el sellado externo, explica Ruprecht Müller, del centro técnico de la asociación alemana de automovilistas ADAC.

“Cuantos más bordes de separación tenga un casco, por ejemplo, en forma de bordes duros en la visera, tomas de aire o en la abertura inferior, más fuertes son las turbulencias de aire al conducir. Estas turbulencias producen ruidos en diferentes rangos de frecuencias, desde pitidos altos hasta zumbidos sordos”, dice Müller.

Cada motorista aprecia el volumen y la intensidad de estos sonidos de manera diferente. Además, ambos factores pueden variar dependiendo de la forma de la cabeza, el tamaño del cuerpo, la posición en la que uno va sentado o el parabrisas de la motocicleta. Sin embargo, ambos parámetros se pueden medir en el túnel de viento, y los resultados son bastante impresionantes.

“En nuestros últimos tests de cascos hemos medido niveles de presión sonora de entre 85 y más de 100 decibelios a una velocidad de 100 kilómetros por hora”, afirma Müller.

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A modo de comparación, “los 85 decibelios equivalen al ruido que hace un martillo neumático y 100 decibelios a un avión al despegar”, explica Get Notbohm, experto en ruidos del Instituto de Medicina Laboral y Medicina Social de la Universidad de Düsseldorf. En la industria es obligatorio llevar una protección para los oídos si el trabajador está expuesto a ruidos superiores a los 85 decibelios.

“Un ruido de esta magnitud durante varias horas puede llevar, al igual que una explosión, a una sordera temporal”, afirma Notbohm. “Entonces ya no se oye de manera tan clara y todo parece estar más lejos de lo normal, como si se tuviera algodón en los oídos”. En opinión del experto, en un primer momento puede no traer más problemas, pero se puede llegar a sufrir daños irreparables por ruidos frecuentes y duraderos.

Quien después de largos recorridos en motocicleta tenga la sensación de oír peor de lo normal, tendría que alarmarse y buscar un casco que lo proteja mejor del ruido, recomienda Thomas Beckenbuer, del círculo de trabajo sobre ruidos de la Sociedad Alemana de Acústica (DEGA, por sus siglas en alemán).

“Por lo general, la llamada fatiga auricular puede eliminarse de nuevo por completo. Sin embargo, si se da con mayor frecuencia, puede impedir que el oído se recupere de nuevo por completo”, advierte.

Los cascos integrales y abatibles diseñados para el turismo suelen estar por lo general mejor aislados que por ejemplo los cascos de cross, con una abertura inferior mayor y visera parasol. En los cascos jet con visera depende de hasta qué altura llegue en dirección a la barbilla. Los cascos pueden además dejar de proteger del ruido con el paso del tiempo: “Con el tiempo el relleno se vuelve más fino y el casco se vuelve ruidoso. Esto puede pasar incluso después de usarlo de manera intensa por un par de semanas”, asegura Müller.

Müller de ADAC desaconseja tratar de reducir los ruidos molestos con tapones para los oídos. Puede suponer un riesgo demasiado grande el que con ello desaparezcan también otros ruidos, como por ejemplo el de la pérdida de equipaje que se desprenda de la moto durante el viaje o el de la cadena de trasmisión, cuando amenaza con romperse. Un motorista con los oídos taponados podría no escuchar señales de alarma así.

El Instituto para la Seguridad de la Motocicleta de Essen no desaconseja usar protección para los oídos, aunque debe ser la correcta para carretera. “Las gamas de alta frecuencia deben permanecer claramente audibles”, indica.

Fuente: DPA

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