“Soltero parásito” El término “soltero parásito” (“parasaito shinguru”), es un modismo japonés para referirse a los adultos que viven con sus padres para disfrutar de comodidades que no pueden gestionarse por sí mismos. El término fue acuñado por el profesor Masahiro Yamada en su libro “La era de los solteros parásitos”. El concepto fue muy popular en Japón a fines de la década del 90, pero es cada vez menos conocido, debido a que el fenómeno ya no es masivo.
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“Mi esposa sufre de estrés y tuvo que ser hospitalizada. (Mi hijo) tiene un buen trabajo pero todavía vive en el hogar”, señaló el atribulado padre a la prensa italiana. “Insiste en que sus ropas sean lavadas y planchadas y que sus comidas sean preparadas. No podemos hacerlo más”, agregó.
Pese a que a primera vista los padres son las víctimas en este conflicto, la directora de la Escuela de Sicología de la Universidad del Pacífico Mariana Fagalde, apunta a que es un conflicto con dos culpables. “Generalmente cuando hay hijos que no abandonan la casa hay padres ambivalentes que lo permiten. A nivel inconsciente hacen que se queden y conscientemente se quedan”, señala.
En tanto, Humberto Lagos, sociólogo de la Universidad Autónoma de Chile, señala que el no dejar el hogar paterno a tiempo se debe más que nada a un desequilibrio emocional del hijo. “Generalmente se trata de hijos únicos con relación de afecto intensa y dependencia de la madre”, lo que puede ir ligado a una inseguridad a enfrentar el mundo que lo rodea y la certeza de encontrar la seguridad en el entorno en el que fue criado.
Fagalde asegura además que es un fenómeno legitimado en nuestro país. “En Chile está arraigada la cultura de los allegados, hay una gran valoracion de la familia y se valora la dependencia, que los hijos queden ligados y tengan que retribuirle a los padres los cuidados que éstos les entregaron”, dice.
Para Lagarde, esta situación impide que los padres cierren el ciclo de la crianza y se preparen para la vejez. “Los hijos deben dejar espacio a los padres para desarrollar intereses que en la crianza no pudieron desarrollar”, puntualiza.
TESTIMONIOS
Caroline, 34
¿Por qué motivo vives aún con tus papás?
Vivo aún con mis padres momentáneamente, porque ya tengo planes de independizarme. Aunque analizando fríamente la situación, inconscientemente lo postergo. Mi padre era marino, así que casi nunca estaba en casa. Soy la mayor y siempre mamá encontraba apoyo en mí.
¿Te han criticado por eso?
Sí, me han criticado muchísimo, sobre todo colegas de trabajo, familiares, y gente ajena a mi familia
¿Vivir aún con tus papás atenta contra tu independencia?
Sí, sobre todo cuando hay que dar explicaciones por lo que uno hace. Para los padres uno nunca crece.
Josefina, 36
¿Por qué motivo vives aún con tus papás?
Primero fue porque soy hija única y la presión familiar, que decía que no podía dejarla sola. Luego, quede embarazada en la mitad de mi carrera y como me encuentro estudiando, es de gran ayuda el vivir con mi madre aún, prima también un tema económico.
¿Te han criticado por ese motivo?
Algunas amistades, pero en general no. independiente si ellos viven solos o no.
¿Vivir aún con tus papás atenta contra tu independencia?
Sí, sobre todo cuando hay que dar explicaciones por lo que uno hace. Para los padres uno nunca crece.
Carlos, 37
¿Por qué motivo vives aún con tus papás?
Me es más cómodo, no necesito pagar renta, lavar ropa ni plancharla. En realidad me he dejado estar, es por falta de valentía.
¿Te han criticado por eso?
La principal crítica viene de mí mismo.
¿Vivir aún con tus papás atenta contra tu independencia?
Es un atentado contra mi libertad, pero la costumbre puede más, e invento maneras de tener pequeñas victorias: llevarles la contra en las conversaciones o salir aunque les moleste. Siendo sincero, creo que también atento contra sus espacios y su independencia.
No atenta contra mi independencia o mis espacios, he sabido definirlos con anterioridad.