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Contrario a lo que podamos pensar y a pesar de que al momento de que aparecen por ahí caminando cuando tenemos visitas sintamos vergüenza. La verdad es que una infestación de cucarachas poco tiene que ver con el desastre que tengamos en la cocina o la falta de aseo del lugar.
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Lo cierto es que una cucaracha puede entrar hasta en el lugar más limpio de todo el mundo y llegar ahí de la manera más extraña. Tal vez de un salto treparon por nuestro pantalón y no lo notamos. Es posible que de alguna forma pisáramos huevecillos y sin darnos cuenta los llevamos a casa.
Si por desgracia las cucarachas ya están en casa, basta con revisar en pequeños espacios al rededor de las puertas, en tuberías u otros espacios abiertos para darnos cuenta de que ahí están. Algunos de estos animales pueden crecer bastante, sin embargo, pueden deplazarse por espacios tan pequeños de hasta un dieciseisavo de pulgada (0.15 centímetros).
La creencia popular siempre ha sido la misma, que éstas son atraídas por un desastre de suciedad y restos de comida, cuando esto sólo funciona para prolongar su estancia, es decir es un plus para ellas. Lo que ellas realmente buscan no es comida, honestamente ¿cuánto podrán comer?
Lo que realmente atrae a las cucarachas a un lugar y lo que les permite tomar la decisión de establecerse es su búsqueda de calor, humedad y oscuridad. Digamos que olvidamos recoger un pedazo de pizza por mucho tiempo, eso sólo se convierte en una ventaja para ellas.
Estos insectos se han convertido en plagas, precisamente por que se nutren con muy poco y por su puesto por su capacidad de reproducirse. Se calcula que estos animalitos han vivido desde el conocimiento de su existencia unos 320 millones de años. Incluso las zonas en donde habitan son minimalistas: espacios reducidos detras de las paredes, de cuadros y espejos, debajo de fregaderos.