La Universidad de Ciencias y Salud de Oregón, en Estados Unidos, realizó un estudio donde sometió a varios roedores, hembras y machos, a los efectos del alcohol.
En el experimento se percataron de que, mientras que la embriaguez volvió a las hembras más cariñosas, los machos prefirieron alejarse de su pareja y relacionarse con otras roedoras, un comportamiento similar al observado, en ocasiones, en los seres humanos.
Los investigadores concluyeron que el comportamiento de los roedores es muy diferente según el sexo. Mientras que el alcohol refuerza la unión y la sociabilidad en las hembras, los machos muestran un comportamiento de huída e infidelidad.
Según el estudio, el alcohol afectó a los sistemas neuropéptidos localizados en el cerebro, áreas que influyen en los comportamientos sociales y la ansiedad.
