0 of 14
Si creían que lo habían visto todo en cuanto a fetiches sexuales, lamentamos informarles que siguen siendo unos novatos. Olvídense del corsé, de los pies, de disfrazarse de un muñeco de peluche o tan siquiera de personificar a una policía sexy: estos fetiches que les presentaremos a continuación podrían catalogarse como los más raros del mundo.
PUBLICIDAD
Recuerden que el fetichismo es la devoción hacia algún objeto material. En este caso, también se presenta excitación sexual ante el mismo o ante un hecho particular que presente el entorno, y en este caso, son cosas que no se imaginarían. Veamos.
Levadurofilia: Excitarse sexualmente con cosas horneadas. Pan, pasteles, levadura. Todo vale, señores.
Mueblefilia: Una forma de bondage en la que una persona se disfraza de mueble y otra se sienta o hace encima lo que se le ocurra.
Eproctofilia: Atracción sexual irrefrenable por las flatulencias. Alguien como Pepe Le Pew es la pareja ideal para ustedes.
Teratofilia: Hallar atracción sexual y deseo en los monstruos. ¿Ahora entienden lo que había entre Naomi Watts y King Kong?
Oculolinctia: Sentir deseo sexual lamiendo el ojo del otro.
PUBLICIDAD
Inflar el cuerpo: Usar látex o trajes inflables para recrear el estado de excitación de algunos animales también es un fetiche sexual.
Estigiofilia: Tener sexo desenfrenado y animal pensando en que se irán al Infierno y estarán condenados. Tenga, Dante.
Hacer vibrar el vientre: Pero no al ritmo de Shakira. El vientre de una persona obesa comienza a moverse y a golpear el cuerpo de otra persona creando sonidos. Sí, eso es un fetiche.
Sofofilia: Tener deseo sexual solo por aprender. La perfecta excusa para todo sapiosexual.