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Aunque cada año se producen 448 millones de casos de Enfermedades de Transmisión Sexual, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), tener sexo sin condón es una práctica más común de lo que se cree. Sea porque no se tiene un condón a la mano, por beber demasiado o por estar en una relación estable, el condón no es una opción. Así lo reveló un estudio de la Universidad de Duke, en el que se mostró que por lo menos el 31% de las mujeres estadounidenses que oscilaban entre los 15 y los 24 años habían tenido sexo sin protección por lo menos una vez. Pero eso no es todo: tampoco usan pastillas anticonceptivas. Por eso, el coito interrumpido es un método anticonceptivo de uso común. De igual modo, ¿qué ventajas tiene? Todo depende del control que el hombre tenga de su orgasmo, y sus parejas asumen que ellos eyacularán afuera. Y sobre todo, siguen corriendo el riesgo de contraer enfermedades de transmisión sexual y que suceda algún “accidente”. Quizás esto pruebe que a pesar del placer que se tenga sin usar condón, hay mayor exposición si no se usan métodos contraconceptivos y otros de protección a largo plazo.
