Chao Mou

¿Habrá entendido Florentino que en un grande como el Real Madrid el triunfo no puede llegar a cualquier precio?

 

La era del portugués José Mourinho en la Casa Blanca dejó tres títulos y varias polémicas / archivo

Se acabó la era de José Mourinho en la banca del Real Madrid. Este lunes, luego de tres temporadas al mando del equipo, Florentino Pérez, presidente del cuadro merengue, informó públicamente que “por acuerdo mutuo” el club y el portugués habían determinado poner fin anticipado al contrato con el técnico (el lazo vencía el 2016).

Un entrenador que desde el mismo instante en que se puso el buzo del Madrid, tras reemplazar al despedido y denostado Manuel Pellegrini, tuvo vía libre para hacer, literalmente, lo que quisiera en la Casa Blanca. Porque el jefe que lo llevó, el millonario Florentino, estaba convencido que un entrenador ganador de títulos como Special One iba a ser capaz de conseguir la ansiada Décima, es decir, la esquiva Champions League número diez en la historia del mejor club del siglo XX según la Fifa. Una institución que, en los tres años a cargo del estratega portugués, dejó de lado sus tradicionales valores y principios en pos de la consecución de ese objetivo-obsesión llamado Champions League.

En sus tres años en la banca del Santiago Bernabéu, Mourinho las hizo todas, o “casi” todas en realidad, porque lo llevaron para ganar la Liga de Campeones y precisamente eso fue lo único que no hizo. En apenas 36 meses el luso le cambió el ADN futbolístico al equipo transformando al Madrid en un equipo contragolpeador;  humilló a referentes del camarín sin distinciones, siendo su última víctima el capitán Iker Casillas; se peleó constantemente con la prensa, transformando sus conferencias en monólogos que ensalzaban su hipertrofiado ego; desafió a los hinchas públicamente, dudando de la real pasión de la parcialidad merengue cada vez que lo pifiaban; sacó a Jorge Valdano del club para ganar más poder en la interna; protestó cada cobro arbitral, ganándose varias suspensiones por indisciplina; generó un ambiente de tensión en el camarín de la selección española, el que se vio trizado debido a las disputas generadas en los clásicos entre el Real y el Barcelona; hizo el ridículo metiéndole un dedo en el ojo a Tito Vilanova en pleno derbi español y, quizá lo más grave, generó una sensación de antipatía global contra el Real Madrid, un club históricamente admirado por su clase y tradiciones que, durante el período del portugués, se transformó en blanco permanente de las críticas por el comportamiento de su súper poderoso mánager-entrenador.

En términos cuantitativos el luso obtuvo tres títulos en Chamartín: una Copa del Rey, una Liga y una Supercopa de España. Desde la perspectiva cualitativa en tanto, quizá el mayor mérito del estratega es que logró eclipsar el demonio absoluto del Barcelona en España y Europa. Ahí están los números y méritos de Mourinho. ¿Suficientes en relación al daño que le provocó a la imagen del Real Madrid? Para responder basta con hacer la comparación.

La estadística pura, por ejemplo, muestra que Mourinho presenta un rendimiento inferior al de Pellegrini (77% contra 78%) al frente del club. Pero más allá de ese dato “mañoso” y acomodado a “nuestros intereses”, hay un balance que no tiene discusión y que en estas horas han reiterado varios medios en España: de aquellos entrenadores del Madrid que permanecieron al menos tres años en el cargo (verdadera proeza en la era Florentino) Mou es, por lejos, el de peor palmarés.

Hoy el Real Madrid nuevamente busca técnico. Será el número diez bajo la presidencia de Pérez desde que se hizo cargo del club el año 2000. José Mourinho pareció ser la apuesta más audaz del dirigente en busca del éxito deportivo; apostó todo a la capacidad ganadora del portugués quien, a la luz de los acontecimientos, no respondió a pesar de los poderes absolutos que se le entregaron.

Mil siete días duró la polémica aventura de Special One en el Bernabeú. Dicen que el candidato número uno para reemplazarlo es el italiano Carlo Ancelotti, un tipo tranquilo, que esquiva las polémicas y que gusta de equipos que controlan el balón para construir superioridad en el área rival. En apariencia al menos, la antítesis del estilo Mourinho.

¿Habrá entendido Florentino que en un grande como el Real Madrid el triunfo no puede llegar a cualquier precio?

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