Columna de Bernardita Ruffinelli: "Qué pena tu ira"

Hace un año se estrenaba en cines “Qué pena tu vida” de Nicolás López. Sabíamos que probablemente no sería una joya de la cinematografía universal, pero habíamos quienes le teníamos fe, quienes creíamos que sería un aporte al cine teenager liviano, de esos que sin remecer tu profunda humanidad, te hacen pasar un buen rato.

Para quienes vivimos en provincia, el estreno tardó un poco en llegar, pero para quienes no sólo vivimos en provincia, sino que además somos un poco pajarones, nos pasan cosas como que llegamos a ver la peli y la señorita que vende las entradas nos dice “pucha, la peli salió la semana pasada de cartelera”, y es cuando regresamos con la cola entre las piernas a casa. E ilusamente, con esto de las redes sociales, le escribimos al director de la peli manifestando nuestra tristeza, y el gordo “shuper” se da el tiempo de contestar, afirmando que dentro de un mes, más o menos, la peli estará disponible en la tienda de videos de la ciudad, y yo que soy huevonaza, le respondo que esperaré para comprarla, que el cine chileno vale la pena la espera y la inversión.

Esperé, esperé un poco más, y volví a esperar. Ya habían pasado tres meses, y la famosa peli aún no llegaba al videoclub de mi ciudad, éramos una vez más víctimas de la cruel centralización chilena. Entonces decidí dejar de esperar, y acudir a una de esas páginas pérfidas y condenadas a las penas del infierno, que te permiten bajar películas en alta calidad y gratis, pero cometí el error de comentarlo. Aquel director de cine superfluo entró en cólera, me trató de ladrona y me envió un par de mensajes privados, que, de haber sido yo una jovenzuela insulsa y apocada, me habrían causado pesadillas. Pero no juzgaré al director de cine de los lentes Liguria style, probablemente era la ira de sus bolsillos hablando, quizás no tenía nada en mi contra en lo personal (siempre pensé que podríamos haber sido buenos amigos, la gente que piensa tanta tontera, por lo general se lleva bien), por eso no juzgaré su arrebato, pero sí analizaré su disgusto.

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Y me pregunté, cómo es posible que alguien me diga que robo, cuando sabe que hice todo lo posible por pagar mi entrada al cine, por comprar la película en DVD, que esperé más de tres meses para hacer mi aporte monetario al cine chileno, pero las cosas no se dieron, y finalmente la vi por las malas. Entonces pensé que quizás el problema no era yo, sino el modelo de negocios. Que no puede hoy en día un director de cine esperar que sus películas no estén disponibles para descargarlas gratis, que no puedes vivir en el siglo XXI, la era del acceso a la información, y condenar a los usuarios a la hoguera en cacerías de brujas 2.0.

Supe entonces, que la madre del cordero está en el valor agregado, en aquello a lo que te da acceso tu entrada al cine, la compra del DVD, esa espera extra. Y ahí es donde hay que buscar hoy el gancho, por la compra de tu entrada al cine obtén un código para descargarla en HD y verla cuantas veces quieras, gana permisos para hacerte del soundtrack original, pon la peli para descarga al mismo precio que la entrada al cine para bajarla de forma legal, ¡qué se yo de marketing, sólo que me gustan las películas! Pero me parece que esperar que las personas dejen de hacer uso de las herramientas existentes y gratuitas, sólo por apoyar al gordo “shuper”, es creerse un poco demasiado la raja.

Finalmente, “Qué Pena Tu Vida” resultó ser una buena peli dentro de su género, tanto así, que en el verano improvisé una sala de cine playera, puse el data y el sub woofer e invité a toda mi familia a verla, mis padres, mis hermanos, mi tías y otros agregados, llenamos las butacas y nos reímos juntos la última noche de las vacaciones. Pero no te preocupes Nicolás López, no les cobré entrada, aunque mi cuñado se rajó con un kuchen de arándanos, ¿crees que debería enviarte un pedacito?

Nota al cierre: A primera hora del día, el mismísimo director me invitó al estreno de “Qué Pena Tu Boda”, pero la columna ya estaba escrita, y como vivo en Temuco, tendré que esperar el estreno en provincias. A ver si en esta oportunidad logro verla en el cine y el señor López no me reta otra vez.

Entiendo que ya firmó para poner sus pelis en Netflix a partir de fines de este año. Bueno gordo querido, ese ya es un buen paso.

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