Ana Tijoux se pone sola en problemas. Primero con el desafío no menor de superar por su cuenta lo hecho junto a Makiza, parte de la historia más celebrada del hip hop chileno. Y luego, ya en ese camino, disco tras disco, explora, arriesga y empuja los límites de su propio talento. Pero completemos la frase: Ana Tijoux se pone sola en problemas, y solita también se los saca de encima.
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“La Bala” es un discazo. La marcha inicial en el track homónimo llama al combate. Sus rimas son filosas, nunca se apuran, y pegan directo y duro también en la brillante “Shock” y en particular en “Las Cosas por Su Nombre”. Pero incluso en sus momentos más rabiosos, el rap de Anita nunca ha dejado en segundo plano la preocupación por las formas: la cuidada elegancia en los elementos sonoros es un sello que trae consigo desde la época de “La Rosa de Los Vientos” Más tocadas y menos sampleadas, las bases que acompañan al álbum destacan en “Desclasificado” y “Sacar la voz”, un sorprendente y logrado dúo junto al uruguayo Jorge Drexler.
La lista de invitados es larga y surtida: “Quizás” tiene a la norteamericana soul Monica Blaire, el cantautor chileno Javier Barría se hace presente en “Mi Mitad”, el combo cubano Los Aldeanos prende la mecha de la incendiaria “Si te preguntan”, el brasileño Curumin aporta relajo en la reflexiva “El Rey Solo”, y la excelente “Las Horas” junto al nacional Solo Di Medina, corona una extensa relación de trabajo en conjunto.
“La Bala” y sus urgentes fraseos llegan justo a tiempo. A cerrar un 2011 como serio competidor a disco chileno del año. A explotar a la par con los tiempos convulsionados que se viven aquí y afuera. Y como la onda expansiva de un shock, este diciembre lo tendremos en nuestras cabezas, en enero estará destacado en la portada de Youtube, y en febrero será lanzado en Estados Unidos. Y decían por ahí que no tenía proyección internacional.