Opinión

Columna come y calla por Felipe Espinosa: "Tango"

Para celebrar no faltan ganas ni excusas. La paternidad de mi hermano nos convocó en familia a visitar el barrio Bellavista. La maternidad estaba a pocas cuadras, ideal para una arrancadita rápida para llenar el estómago.

En la misma casa donde trabajé por varios años cuando era Amorío hoy se ha remodelado y se presenta una parrilla-bar con matices trasandinos.

En La Percanta juegan con fuego mientras arremete un tango electrónico en el ambiente. Cruzar el umbral de este local sólo me trae buenos recuerdos y ver que ahora hay una espectacular parrilla a la vista en el salón me emociona. Está rico para ir estos días helados y se siente una grata hospitalidad con la decoración, son ágiles en el servicio y nues- tro mesero fue muy diligente y atento.

Bien sentado en una larga y cómoda butaca pedí algo para romper el hielo. Nos trajeron una tabla con chorizo picado, mollejas al limón y un sartén con provoleta. Por el otro sector de la mesa llegó un tártaro de vacuno que es preparado a la minuta y ante tus ojos por el diestro garzón. Ambas entradas bien logradas como para partir la conversación y escuchar los relatos del nacimiento que fue muy temprano de madrugada.

La carta es bien variada, tienen cortes poco comunes y hay de todo. No creo que exis- ta un mañoso para La Percan- ta, pero lo que nos llevó a este lugar fue la carne. Probamos el petit tender muy blando, un Delmonico que vendría siendo el trozo más noble del huachalomo y el lomo vetado bien en su punto. Todas y cada unas de estas carnes presen- tadas profesionalmente sobre planchas de fierro caliente, justa medida para comer tranquilo a paso lento sin que todo se enfríe. Las papas fritas son con cáscara y en un lindo formato de corte amplio. Cerca tuve un ratatouille de verduras asadas que con una pincelada de aceite de trufa quedaba muy rico.

El único que no comió carne fue mi hermano, pero su plato se robó la película: unos sorrentinos de cordero que se pa-sa-ron, buena masa, un delicioso relleno y sumer- gidos en un intenso caldo del mismo animal, decorado con láminas de jamón serrano no duró mucho en la mesa porque el nuevo padre estaba hambriento.

De apurados de postre sólo picamos una ensalada de fruta tan bien presentada que daba pena desarmarla. Cuando logras que algo tan simple se vea tan apetitoso es un logro mayor. Café y de vuelta a la clínica a seguir observando al recién nacido. Fue una grata visita y nos fuimos comentando la buena relación entre precio y calidad, así que todos terminamos más felices y más contentos.

Coordenadas

La Percanta, Constitución 181, Providencia.

Teléfono: 2-22472358

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