Cuentan que Ramón Barros Luco, presidente de Chile entre 1910 y 1915, decía que “no hay sino dos clases de problemas; los que se resuelven solos y los que no tienen solución”. Criterio que pareciera compartir plenamente el actual gobierno dada la sorprendente pasividad que muestra frente a todo tipo de conflictos.
PUBLICIDAD
Se han cumplido 21 días sin que el Gobierno nombre un ministro de Salud. ¿Cuántas decisiones se han dejado de adoptar y cuántas soluciones y respuestas se han retrasado por la ausencia de la máxima autoridad de esta cartera? De hecho, la prensa ha informado que, en promedio, los pacientes de algunos hospitales públicos deben esperar hasta un año y medio para ser operados.
Ya van seis meses de retraso en la entrega de la Encuesta Casen 2013. La Encuesta de Caracterización Socioeconómica Nacional es una poderosa radiografía de la pobreza del país. Es importante conocer oportunamente sus resultados para implementar las políticas sociales necesarias para ir en ayuda de las familias vulnerables y, especialmente, de quienes sufren la extrema pobreza.
El rezago en la entrega de la Casen y la ausencia de nuevas políticas para superar la pobreza, como lo fue el Ingreso Ético Familiar, se explican porque el Gobierno está ocupado en sacar adelante sus reformas políticas que poco o nada sirven a los pobres de Chile.
Desde que asumió la Presidenta Bachelet no ha visitado La Araucanía, una región donde en los últimos meses ha recrudecido la violencia de manera alarmante.
La Multigremial de La Araucanía informó que durante el año pasado se registraron 209 denuncias de hechos violentos, como incendios, usurpaciones de tierras, amenazas en contra de agricultores, trabajadores forestales y empresas de la zona.
Hace pocos días ocurrió un hecho que demuestra en toda su magnitud la gravedad del conflicto que se vive. Un grupo de encapuchados emboscó a una patrulla de Carabineros cerca del lago Lleu-Lleu, la prensa informó que los policías se retiraron del lugar después de lo cual los encapuchados redujeron al cuidador y quemaron la cabaña y la bodega del predio.
¿Imagina el miedo, la impotencia y la indignación que se siente ante tal desamparo y falta de justicia?
Otro ejemplo de la política al estilo Barros Luco que sigue esta administración es la forma en que el Gobierno ha encarado el descubrimiento del “Caso Yate”.
Primero el canciller Muñoz admitió que a bordo del lujoso yate había “diplomáticos extraños”. Una vez publicada la información, el canciller se retracta y dice que sólo había chilenos.
Posteriormente, Mario Paredes, organizador de la travesía por el río Hudson, dice que “recuerdo perfectamente que había un par de médicos dominicanos, había un abogado puertorriqueño, había de varios países”.
Al igual que el canciller, después el señor Paredes cambiará de versión diciendo que sólo había chilenos.
Respecto de la delicada situación del ministro Undurraga -cuya Fundación ha sido involucrada en el Caso Penta-, hasta ahora tampoco sabemos en qué categoría de problema lo ha clasificado el Gobierno.
¿Será de aquellos problemas que se resuelven solos o tal vez no tendrá solución? Pronto lo sabremos cuando haya cambio de gabinete.
El “problema” que sí se ha preocupado de resolver la Nueva Mayoría es el del aumento del tamaño del Estado.
Es así como con el cambio del sistema electoral se aumentó el número de parlamentarios, y pasaremos de 120 a 155 diputados y de 38 a 50 senadores.
Incremento que, según ha prometido el Gobierno, no significará un costo adicional para el Estado pues se “reasignarán” los actuales recursos.
Esto último plantea varias interrogantes, por ejemplo, ¿cómo se están usando actualmente esos “recursos adicionales”?
Con el respeto que me merece la figura de Ramón Barros Luco, creo que estaba muy equivocado.
No es responsable actuar como si los problemas se resolvieran solos, menos aún cuando se ejerce una responsabilidad tan importante y seria como dirigir una nación.
*Las opiniones expresadas aquí no son responsabilidad de Publimetro