Turismo de guerra: la nueva tendencia entre los viajeros

El sector del turismo de aventura abarca todo desde subir el Monte Everest hasta ir de picnic en un campo de batalla sirio. Crece un 17% cada año y su mercado asciende a los $89 mil millones de dólares. Actualmente, las zonas de conflicto como Afganistán y Libia se están convirtiendo en opciones populares para quienes optan por la adrenalina y el peligro.

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“Nosotros hemos visto más interés en venir a Libia de los países europeos desde la guerra (civil en Libia), especialmente desde Francia y Alemania”, señaló Lars Tisell de la empresa Sherwes Travel establecida en Libia. “La lucha contra el pueblo dificulta la seguridad, pero todavía podemos ayudar a traer gente”.

El rápido crecimiento del sector ha llevado a que haya más oferta de paquetes espeluznantes. Los tours en zonas de guerra, presumen de una “brutalidad sin precedentes”, ya que son viajes guiados por personal ex militar.

El doctor John Lennon, autor de “Turismo oscuro” y profesor de Turismo de la Universidad de Glasgow Caledonian, asegura que esta fijación es inherente al ser humano.

“La fascinación con la muerte y los desastres siempre han sido parte de la naturaleza humana”, advierte Lennon.

De hecho, el académico va más allá, y cree que perseguir deliberadamente el peligro es el más reciente “micro-nicho” del turismo.

En tanto, James Wilcox, cofundador de la compañía de Utamed, Borders (Fronteras Indomables) señaña que “miles de personas tienen ahora la oportunidad de visitar lugares que ellos sólo han visto en la televisión y tienen experiencias que son muy diferentes de la imagen negativa” 

 

Andrew Drury es un constructor de origen británico, y se considera un adicto a este tipo de viajes, adicción que comenzó en una plantación de bananas en el Congo, mientras corría para salvar su vida de un granjero con un cuchillo en la mano.

El británico había perdido un viaje a Uganda y sin quererlo, cruzó la frontera de una nación devastada por la guerra. “La persecución fue durante mucho tiempo y el estrés y el peligro nos hizo darnos cuenta que había más mundo que viajes de tours”, dijo Drury a Publimetro. “Al volver de allí, sabía que quería hacerlo más seguido”.

En los siguientes 22 años, Drury ha explorado muchas de las más peligrosas zonas de conflicto del mundo: Irak, Afganistán y Chechenia. Ha estado bajo el fuego, capturado y sobre el filo extremo de una oleada de talibanes.

Drury ha tenido buena suerte hasta ahora y ha sido bien acogido por la población local en los lugares que visita. “Ellos generalmente no entienden por qué nosotros estábamos allí, pero quieren contar sus historias y piensan que el turismo trae paz”.

Drury destaca por sobre todo a la gente que conoce en sus viajes que vive en situación de guerra.

“Los chechenos son increíbles, y he estado en Peshawar (en Afganistán) tres veces sólo por la gente”.

 

Este británico asegura que ahora “el congelador de almacenamiento en Libia, donde el cuerpo de Gadafi fue puesto en exhibición, es mi meta número uno” 

 

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