Preocupantes son las cifras del primer estudio sobre la situación alimentaria y nutricional en el trabajo de Chile, realizado por la Oficina Internacional del Trabajo (OIT), en colaboración con Sodexo y Edenred.
El estudio, para el que se hicieron entrevistas y encuestas a trabajadores de todo el país, arrojó que el 39% de ellos no recibe beneficio alguno para alimentarse, el 22% no posee un lugar donde comer en el trabajo, la limpieza en él no siempre es la óptima y el tiempo que tienen para hacerlo es insuficiente.
Hábitos alimenticios
Otra de las alarmantes conclusiones es que los trabajadores chilenos poseen pésimos hábitos de alimentación.
El 20% de ellos no desayuna con regularidad, un tercio no almuerza con frecuencia por falta de tiempo o de dinero y el 36% lo hace de forma rápida para así volver prontamente a la oficina a continuar con sus labores.
La directora de nutrición de la Universidad Autónoma, Ana María Neira, señala que “es comprensible, pero no justificable que la gente no tome desayuno o coma, ya que las encuestas señalan que las cantidades de horas que estas personas pasan trabajando es mucha. Deberíamos ir mejorando las leyes laborales, por ejemplo disminuyendo la cantidad de horas”.
A esto, la especialista agrega que “hay países que demuestran que a menos cantidad de horas de trabajo, más productividad”.
Respecto a las comidas, el 38% de los encuestados dice que la calidad de los almuerzos en el trabajo no es buena, ya que no incluyen verduras y frutas, mientras que el 12% de las empresas no ofrece a sus trabajadores una alimentación sana debido a los costos que ello implica.
“Este estudio reveló que el gran desafío de los empleadores está en fomentar la salud y seguridad laboral de su personal”, dice el director general de Sodexo, Thierry Guihard.
Asimismo, el ejecutivo se refiere a las implicancias que tiene ofrecer a los empleados una buena alimentación para las distintas áreas de sus vidas.
“Mientras menos problemas tenga una persona en su trabajo, su calidad de vida, satisfacción y rendimiento en el trabajo, mejorarán notablemente”, asegura Thierry.
Medidas para mejorar
Carmen Bueno, especialista en Seguridad y Salud en el Trabajo de la Oficina de la OIT para el Cono Sur de América Latina, explica que la alimentación saludable debe ser parte de las políticas de seguridad y salud en el trabajo.
“Los programas que proporcionan un acceso a una alimentación saludable pueden contribuir a prevenir enfermedades crónicas, como obesidad, diabetes y cardiovasculares”.
Bueno recuerda también que “no puede olvidarse la conexión existente entre la falta de alimentación y la aparición de fatiga y somnolencia, con las consiguientes consecuencias negativas sobre la seguridad de los trabajadores”.
Respecto a la relación entre la productividad y la alimentación, Cristián Carvajal, gerente comercial de GrupoExpo, empresa dedicada al outsourcing, explica que “están directamente relacionadas, ya que no importa el tipo de tarea que se desarrolle, ya sea intelectual o física, el trabajador necesita contar con la energía suficiente para abordar la actividad, que proviene principalmente de los alimentos que consume durante su jornada laboral”.
Por ello, Carvajal agrega que “la principal tarea de las empresas es generar pautas de conducta ejemplares, que se manifiestan en aspectos teóricos, como charlas, seminarios y afiches que promuevan la vida sana, así como también aspectos prácticos en aquellas empresas que otorgan alimentación, como por ejemplo, que acuerden con sus proveedores de casino el suministro de alimentos bajos en grasas, mayor consumo de frutas y verduras, e informar las calorías que se consume con cada alimento”.