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Si en una de esas anda paseando por Kabul, Afganistán, y se encuentra con este local, no espere encontrar una cajita feliz o una hamburguesa con papas fritas.
Y es que el empresario afgano dueño de este restaurante ha montado la fachada de su local a imagen y semejanza de un McDonald’s para atraer al público al comercio, cuyo interior, sin embargo, poco o nada se parece a la popular cadena de comida rápida estadounidense.
El restaurante está ubicado en una concurrida y acomodada zona del oeste de la ciudad, en la que reside parte de la clase alta kabulí y de los extranjeros.
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En entrevista con la agencia Efe, Mustafá de 27 años, explica que “llevaba seis meses pensando en lanzar un nuevo negocio y finalmente se me ocurrió el nombre de McDonald’s. Satisfacía la demanda de nuestros clientes, especialmente los jóvenes y los funcionarios de la Embajada rusa”.
“No me importa de dónde viene McDonald’s ni qué tipo de comida o servicio ofrece. Su nombre es un gran regalo para nosotros”, afirma con una amplia sonrisa este emprendedor.
El establecimiento atiende a cientos de clientes cada día, sobre todo extranjeros que trabajan para organizaciones no gubernamentales en Afganistán y jóvenes estudiantes.
El restaurante, con decoración ochentera afgana, ofrece servicios de entrega a domicilio y tiene una sección de mujeres en una esquina del recinto.
En vez de hamburguesas con pan de sésamo rodeadas de papas crujientes, el menú está compuesto por comida tradicional afgana, como kebabs y arroces al estilo “Kabuli Pulao”, con pasas y zanahoria. Si se sirven hamburguesas, pero pollo y papas fritas con sabor similar al de otros establecimientos kabulíes. Lo que si es igual a la cadena original de comida rápida es la Coca-Cola.
“La mayoría de la gente que viene lo hace por la comida rápida, pero cuando ven nuestro servicio y los deliciosos platos tradicionales afganos se olvidan completamente de McDonald’s”, asegura Mustafá.
Plagiar el nombre de una marca es ilegal en el conflictivo país asiático, pero en la práctica las autoridades afganas son bastante tolerantes con este tipo de situaciones.
De hecho, este caso no es el único, pues también hay un Kabul Fried Chicken, que emula a la famosa marca del pollo de Kentucky KFC, un Pizza Hot en lugar de Pizza Hut, y muchos otros que recuerdan a marcas occidentales.
Por su parte, Mustafá asegura que está planeando lanzar un anuncio de televisión para incrementar la demanda y que su objetivo es abrir en el futuro otros restaurantes en Kabul y en las ciudades de Herat (oeste) y Mazar-e-Sharif (norte).
Aunque Mustafá está contento con el éxito de su restaurante, se preocupa por el futuro tras la retirada de las tropas de la OTAN de Afganistán en 2014, ante la marcha de extranjeros que la acompañará, muchos de ellos actuales clientes suyos.