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Las prácticas profesionales son vistas, en general, como una oportunidad para los jóvenes. Sin embargo, para las empresas suele ser parte de su rol como buen ciudadano corporativo y no como una estrategia de negocios enfocada a identificar y formar a quiénes podrían, en el futuro, liderar y marcar una diferencia dentro de la organización.
Al respecto, Ignacio Herreros, consultor senior de Recursos Humanos de Page Personnel en Chile, señala que “son pocas las empresas en las que existen políticas de trainee (prácticas profesionales) donde los alumnos son vistos como futuros jefes o gerentes de la organización. En otros países, hay programas de pasantías estructuradas, que van de la mano con los objetivos y metas de la compañía. Es más, la búsqueda de estos practicantes es proactiva: los equipos de RRHH salen a reclutar a quienes tienen un buen nivel académico y un perfil de acorde con la organización”.
Es fundamental evaluar el grado de motivación con que se presenta el alumno, pues nos habla del interés y dedicación con que asumirá su rol dentro de la empresa. En este mismo contexto, se debe pensar en el tiempo asignado para la práctica profesional, para que las funciones sean eficientemente ejecutadas y nos den la oportunidad de valorar el talento real del profesional.
¿Por qué se ha subvalorado el potencial de las prácticas profesionales? Herreros señala que hay que cuidar dos elementos fundamentales:
No ver al estudiante en práctica como un soporte administrativo. Es importante que entendamos que la única manera de ofrecer una experiencia de valor es el asignar al joven profesional responsabilidades acorde a su formación. El ver esta posición como un comodín para temas ajenos a función real hace que el practicante no se sienta motivado dentro de la organización, y lo inhibe de hacer un aporte a la misma y mostrar su verdadero potencial.
Tomar una decisión apresurada en relación a quién aceptar como practicante por solucionar temas internos. En esta época, parte del equipo de las empresas suele hacer uso de sus vacaciones y el trabajo se reparte entre quienes siguen en sus funciones. A ratos esto genera problemas internos de sobrecarga laboral, que dan un sentido de urgencia al traer apoyo para las gestiones. Los estudiantes en práctica suelen ser elegidos sin análisis de su potencial y capacidades, sino por su disponibilidad para comenzar inmediatamente y resolver un problema de gestión interna de la compañía.