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“Emprender ha sido un proceso interesante y enriquecedor. Me ha inspirado a soñar con mejores cosas, a valorar mis cuentas, ganancias y a amar lo que uno hace”, afirma Pedro Mora, interno y artesano que forma parte del primer Banco Comunal (BC) integrado por personas privadas de libertad en Osorno.
La historia comenzó el 2013 en el Centro de Cumplimiento Penitenciario de la mencionada comuna sureña, donde un grupo de internos aceptaron el desafío y se lanzaron a la aventura de emprender, con el objetivo de aportar al desarrollo económico de los suyos y demostrar que pese a estar cumpliendo una condena, sí se puede salir adelante.
Tras meses de arduo trabajo, lograron, con el apoyo de la institución Fondo Esperanza, conformar el Banco Comunal “Unión, Emprendimiento y Trabajo” (UET), la que actualmente está compuesta por 26 hombres y cinco mujeres que trabajan en la producción de muebles y artesanías en madera y cuero.
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“Todos hemos crecido mucho. He podido tener una cuenta en la que llevo ahorrando un año y que me servirá para tener un futuro. El caso de mis compañeros es similar, todos han valorado poder guardar e invertir en herramientas y materiales, que en definitiva se transforman en una ayuda para nuestras familias”, señala Pedro.
Luego de los exitosos resultados obtenidos, la experiencia se replicó en Linares y Limache. Al respecto, la subgerenta de la Zona Centro Sur de Fondo Esperanza, Carolina Fuentealba, sostiene que “como institución nos damos cuenta que es necesario avanzar en iniciativas de inclusión, porque a través de ellas aprendemos y nos desarrollamos”.
Banco Comunal
¿Pero cómo funciona esta iniciativa? Desde Fondo Esperanza explican que un “Banco Comunal” es un grupo de 21 a 25 personas que viven y/o trabajan en un mismo sector y que se unen voluntariamente para obtener microcréditos, capacitación y fortalecer sus redes.
Esta metodología busca fomentar la organización y la solidaridad en las personas para el logro de objetivos comunes. A pesar que los integrantes de un BC desarrollan sus negocios de manera independiente, son coavales solidarios en el compromiso de pago del préstamo, lo que significa que si una persona tiene problemas con el pago, el BC estará ahí para apoyarla.
Estas organizaciones se reúnen semanal, quincenal o mensualmente para dar seguimiento al pago de los créditos y la evolución de sus negocios. En estas reuniones es donde se capacitan en la Escuela de Emprendimiento y se potencian sus redes de apoyo.