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EFE
Una delegación del Gobierno de Chile encabezada por el expresidente Eduardo Frei -embajador en misión especial para Asia- celebra esta semana diversos actos promocionales en Pekín y Shanghái para, entre otras cosas, animar a empresarios de la segunda economía mundial a invertir en su sector agropecuario.
“Mostramos lo que hasta hoy tenemos en ese sector, y qué potencialidades hay para futuras inversiones de China en Chile”, explicó hoy a Efe el subsecretario de Agricultura chileno, Claudio Ternicier, uno de los altos cargos que acompañan a Frei en esta misión.
Ternicier se reunió hoy en Pekín con ocho empresarios de firmas que ya importan productos desde Chile o tienen interés en iniciar relaciones de comercio o inversión, y en Shanghái, primera escala de la delegación a finales de la pasada semana, hizo lo propio con representantes de 18 firmas.
El mensaje de estos encuentros con empresas que no sólo son puramente del sector primario, señaló Ternicier, es el de que “Chile es un país abierto, y las condiciones para invertir o hacer negocios allí son las mismas para nacionales y extranjeros”.
Chile exportó a China en 2014 alimentos por valor de 2.600 millones de dólares (más de la mitad de lo que exporta a toda Asia), y en el primer semestre de este año, pese a un contexto de ralentización de la economía asiática, las ventas han crecido ya un 52 por ciento.
Los alimentos chilenos son ya comunes en los supermercados de las grandes ciudades chinas, sobre todo frutas como la uva (el primer alimento de Chile que llegó a este gran mercado asiático), el arándano o la cereza, pero también carne de cerdo, despojos de pollo y lácteos, cada vez más consumidos por los ciudadanos de este país.
Ternicier subrayó que pronto Chile comenzará a exportar paltas (aguacates), nectarinas o nueces, y ampliará el rango de productos del mar que ya llegan a China.
Mención especial merece el vino chileno, que ha logrado desbancar a los productores tradicionales y es ya el más vendido en China, con exportaciones que superan incluso a las alimentarias (3.000 millones de dólares en 2014).
“Los empresarios chinos encuentran que nuestros vinos superan a otros competidores mundiales en cuanto a su combinación calidad-precio”, aseguró a Efe Ternicier.
Pero en esta visita el Gobierno de Chile no quiere limitarse a la promoción de este ya creciente comercio, y busca por ello animar la inversión china en su sector primario, ya sea atrayendo a firmas asiáticas a cultivar en suelo chileno, o formando sociedades conjuntas entre productores chilenos e importadores chinos.
La inversión china en el sector chileno, de hecho, ya es una realidad, aunque todavía esté en ciernes: Ternicier puso el curioso ejemplo de Lenovo, la fabricante china de móviles y ordenadores, que tiene una división, Joyvio, que cultiva frutales, principalmente arándanos, en Chile.
Los productos agrícolas de Chile, destacó Ternicier, ofrecen grandes ventajas competitivas que pueden interesar mucho a China, empezando por su gran diversidad, que es consecuencia de los muchos climas que tiene el elongado país del Cono Sur.
El territorio chileno, recordó el subsecretario, posee además una de las cinco únicas regiones con clima mediterráneo del planeta, el que reúne las condiciones más ideales para el cultivo de frutales.
Otra ventaja, explicó, es la de que al estar en el hemisferio sur puede abastecer a los países del norte con productos estivales en invierno (y viceversa), lo que aumenta la variedad en los mercados y las posibilidades de negocio.
Y por encima de todo, resaltó, “la calidad de nuestros productos”, consecuencia de su larga experiencia de exportaciones a EEUU y Europa, que ha obligado a Chile a elevar al máximo las exigencias también en materia de seguridad alimentaria, un punto muy importante para los consumidores chinos.