Los últimos días en cuarto medio

Después de 14 años en la enseñanza escolar, concluye uno de los ciclos más hermosos de la vida. Y en medio de la ansiedad por la PSU, se aproximan: el paseo, la graduación, la fiesta, las dedicatorias, los regalos, y los últimos días con los mejores compañeros que pactan ser amigos por siempre… ¿Cómo disfrutar al máximo del final de 4º sin que te agobie la PSU?

Apenas se concluye un ciclo y tus padres te piden que pienses en el futuro; estás pensando en la fiesta de graduación, pero también alistando la PSU y quizás aún tratando de definir tu vocación. Tú quieres disfrutar al máximo tus últimos días de la enseñanza media y el resto te pregunta qué seguirás estudiando.

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La orientadora Pilar Cox, de la Facultad de Educación UC, manifiesta que “esta es una etapa de sentimientos encontrados. Por una parte existe una tremenda presión propia y de otros (profesores, padres, amigos, familia, sociedad) en enfocarse en estudiar para tener resultados positivos en la PSU, ya que está la idea de que ‘te estás jugando tu futuro’; que se mezcla con las preguntas que cada joven se está haciendo permanentemente acerca de ¿qué es lo que quiero, puedo o debo hacer en el futuro?, tema que algunos tienen ya resuelto al menos para este momento, pero que otros viven con gran desesperación, porque no han tomado todavía ‘la decisión’ de qué van a estudiar. El entorno también presiona, y muchas veces califica de inmaduro o poco serio al que aún no siente esa claridad que parece que todos tienen o debieran tener.  Estas dos presiones, una muy práctica y otra vinculada a la vocación, a la proyección y al futuro, hacen que muchas veces nos perdamos lo que pasa en el aquí y el ahora… incluso que parezca pérdida de tiempo aprovechar ese aquí y ahora que es el final de cuarto medio”.

Agrega: “En este sentido, para los que rodeamos a los jóvenes, y para ellos mismos, es clave que valoremos lo que implica este momento de la vida.  Amistades que hemos tenido en forma cotidiana por años, con la seguridad de verlos o verlas cada mañana; de pronto llegan a un punto de quiebre… aprovechar este último tiempo de un compartir permanente puede ser central para mantener esos lazos o perderlos en el futuro.  Es un momento en que se expresan muchas cosas en instancias como las despedidas, las graduaciones, la ‘última’ de muchas experiencias, la ‘última clase’, el ‘último paseo’, el ‘último recreo’, la ‘última actividad con mi equipo de fútbol, etc. Estos cierres constantes ayudan a decantar las experiencias, a saber y reconocer qué nos llevamos para la próxima etapa, qué aprendimos. Hay que aprovechar lo último de esa camaradería y cercanía propia de los que se conocen y conocen muy bien un entorno; despedirse bien es clave para partir bien la próxima etapa, y para decidir qué vamos a cuidar y conservar, y qué queremos cambiar en el nuevo tiempo”.

Por todo esto, los padres y profesores debemos evitar hacer que los jóvenes elijan entre ambas cosas, entre prepararse y estudiar, y gozar el fin de 4º medio… más bien nuestra tarea es ayudarlos a ordenarse y priorizar para que puedan cumplir con ambas tareas y vivir las dos experiencias.  

Y por último… la PSU puede darse el próximo año, pero no hay una segunda oportunidad para cerrar bien la vida escolar.

Para la psicóloga infanto-juvenil, Varinia Signorelli “los desafíos que presentan los últimos días de colegio son fuertes. Además de cerrar una etapa, los jóvenes sienten que el abrir la puerta a la enseñanza superior depende totalmente de ellos y esa sensación suele agobiarlos. Vive en ellos el adolescente que quiere disfrutar de una etapa y compartir con sus compañeros de colegio, junto al más responsable que anhela anclar sus fuerzas a cumplir con el estudio para lograr sus metas. Suele ser éste un factor de conflictos internos para nuestros hijos/as, ya que no sólo son las metas propias las que deben alcanzar sino que también sienten que deben cumplir con las expectativas de los padres y las figuras significativas. Algunos van a lograr enfocarse en el estudio y la responsabilidad como foco, y usar su energía adolescente en sólo eso, mientras que otros no querrán esforzarse y van a enfocarse en pasarlo bien. Ambos extremos absolutos están errados, ya que no permite a los niños disfrutar de los últimos días de colegio, ni vivir intensamente la etapa”.

¿Cuál debe ser el equilibrio entonces? “Es importante que los padres entiendan que el trabajo hacia la educación superior y el trabajo PSU no debe limitarse al último año. Por lo tanto, no sacan nada sobre exigiendo a los estudiantes. Si bien nunca es tarde para concretar trabajo, ordenar y hacerse responsable, el intentar recuperar años en uno solo no da resultado, solamente frustra”.

A esta altura del año, “los padres y profesores debemos evitar hacer que los jóvenes elijan entre prepararse-estudiar para la PSU, y gozar el fin de 4º medio. Más bien nuestra tarea es ayudarlos a ordenarse y priorizar para que puedan cumplir con ambas tareas y vivir las dos experiencias. Por último, la PSU puede darse el próximo año, pero no hay una segunda oportunidad para cerrar bien la vida escolar”, sentencia la orientadora educativa y vocacional Pilar Cox.
 

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