La fiesta de Halloween tiene un origen de la isla de Gran Bretaña, específicamente la cultura celta de Irlanda y Escocia, igual que la costumbre de tallar calabazas, siendo usadas para espantar a los malos espíritus.
Los rostros y dibujos tenebrosos que normalmente se diseñan en este fruto, llevan a que se relacione directamente con cosas negativas, pero como alimento tiene más de una virtud que a continuación les contaremos.
Primero es bueno aclarar cierto vínculo negativo que tiene la calabaza, como el carruaje de Cenicienta, o la mala reputación de regalar uno de estos frutos, que en la antigua Grecia era considerado como un antiafrodisíaco, o en ciertos lugares de España, donde si un pretendiente recibía como comida un plato de calabaza en casa de su chica, era gesto de rechazo a la relación.
No todo es malo, de partida hay que aclarar que es un fruto muy rico en vitamina C, además de las variadas formas en que se puede servir, pudiendo incluso ser utilizada para hacer cerveza.
Su principal componente es el agua, siendo baja en grasas, diurética y antiprostática, totalmente recomendada para enfermedades de próstata, y totalmente buena para la vista.
Así también, la calabaza es alta en fibras, por lo que sirve para el tránsito intestinal. Además, mejora la circulación y ayuda a regular la glucosa de la sangre, siendo positiva para prevenir retenciones de líquidos.
Finalmente, tiene propiedades antioxidantes, ayuda a disminuir las posibilidades de enfermedades cardiovasculares y sus aceites sirven para el cuidado de la piel, ralentizando el envejecimiento de las células.
