Un futuro tenebroso y amenazador es la base de «Life», la nueva película de ciencia-ficción del cineasta sueco de origen chileno Daniel Espinosa, quien, tal como en la cinta, dice que en el mundo soplan vientos muy oscuros.
«El futuro está complicado. También como latino en EE.UU. (…). Pienso que el mundo ahora está terrible. Pero como todos esos momentos en la historia donde hay algo terrible, un futuro potencialmente tan negro, también hay mucha gente que sale ahora y te da esperanza», apuntó Espinosa miembro de una familia que se refugió en Suecia durante los 70 para escapar de la dictadura que Augusto Pinochet instauró en Chile.
«El racismo que los políticos muestran contra los latinos es algo increíble, algo que realmente no se puede creer», añadió el realizador. La incertidumbre y desorientación de la sociedad contemporánea se cuelan como telón de fondo en la narración de «Life», que se estrena hoy en Chile con un reparto de primera línea encabezado por Ryan Reynolds, Jake Gyllenhaal y Rebecca Ferguson.
La película, que combina ciencia-ficción y terror, gira en torno al trabajo de unos científicos en la Estación Espacial Internacional (ISS) tras hallar evidencias de vida en Marte. Sin embargo, el microorganismo que han descubierto y bautizan como Calvin, comienza a evolucionar de manera asombrosa y terrorífica hasta convertir la expedición en una pesadilla espacial y una batalla por la supervivencia.
«Es el miedo de los astronautas el que transforma a Calvin. Al principio, ellos le toman cariño y Calvin es cariñoso, y casi parece tener potencial para el amor», explicó el director sobre la diabólica transformación de la criatura.
Mientras habla, Espinosa resalta en reiteradas ocasiones su herencia latina y por eso justifica cómo el contexto socio político de una época influye en el cine, en especial en su visión pesimista del filme. «La ciencia-ficción tiene que ser un agujero por donde ves el futuro, pero creo que hoy en día es imposible ver muchos años hacia adelante. La película es una forma de ver lo que podría suceder mañana», puntualizó.
Para el uso de los efectos especiales el director recreó la Estación Espacial Internacional y la gravedad cero en un estudio de Londres. EL objetivo: darle un sello auténtico a la producción: «Normalmente la gente pone estas películas enfrente de una pantalla verde. Yo, como vengo de una tradición más realista y social del cine danés y sueco, pensé que mi única posibilidad de poder hacer una película, que considerara personal, era construir esas localizaciones», señaló.