Este jueves se estrena “Ghost in the Shell”, cinta protagonizada por Scarlett Johansson que muestra un turbio futuro dominado por la tecnología, “hackers” y una oscura relación entre el hombre y la máquina. Un panorama que para la actriz de Hollywood no dista mucho de lo que pasará en los próximos años.
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«Creo que el entorno creado en ‘Ghost in the Shell’ es tan convincente que no parece que esté muy lejos de nuestro alcance. Nos da ideas para reflexionar», dice Johansson y sostiene que, la sociedad, no está preparada para asumir los desafíos que demandan mayor atención. «Estamos todos aterrorizados. Buena suerte para todos nosotros», bromeó con tono ácido.
El desarrollo extremo de la inteligencia artificial, el derrumbe de la privacidad y la invasión tecnológica son algunos de los dilemas que plantea «Ghost in the Shell”. La película está dirigida por Rupert Sanders (“Blanca Nieves y el Cazador“, 2012) y en el reparto también aparecen Juliette Binoche, Michael Pitt y Takeshi Kitano.
“El proyecto de «Ghost in the Shell» «me pareció muy abrumador. La película es introspectiva pero también es violenta y fría», aseguró la actriz estadounidense. La producción es una adaptación del manga –con el mismo nombre– creada por Masamune Shirow y fue lanzado por primera vez en 1989. El contenido cautivó al público por sus debates filosóficos y dio paso a la producción de dos cintas animadas a cargo de Mamoru Oshii: «Ghost in the Shell» (1995) y «Ghost in the Shell 2: Innocence» (2004).
En el nuevo filme los guiños hacen referencia a la primera cinta que, en una versión de carne y hueso, presenta a Major (Johansson), una «cyborg» diseñada para servir en un cuerpo de élite policial. La protagonista es considerada como la primera de una nueva evolución de la fusión entre el ser humano y las máquinas, aunque el mundo de Major se vendrá abajo al descubrir nuevos aspectos sobre la naturaleza de su identidad y su pasado.
«Tuve un montón de conversaciones con Rupert Sanders. Intenté averiguar cómo podía entrar en este personaje y crear algo que fuera más multidimensional», apuntó Johansson. Pero la cinta también ha tenido críticas, una de ellas fue porque la protagonista, en la versión original, tiene rasgos asiáticos.
Con la cinta Scarlett Johansson vuelve a ser una superheroína. Antes lo hizo en “Lucy” de Luc Besson (2014) además del papel de Black Widow en la saga “The Avengers”. Papeles que mantienen cómoda a la actriz quien tampoco extraña las producciones más modestas y alejadas del foco de la industria.”Sea cual sea la cinta, te pones la presión sobre ti misma para dar una interpretación de la que te sientas orgullosa, que tenga sentido, un arco y una cohesión», argumentó.