Las luces se apagan. Son 15 minutos pasadas las nueve de la noche y cinco hombres de chaqueta aparecen detrás del escenario en el Movistar Arena. Cada uno toma sus instrumentos y generan la locura del público al tocar “Do what ya gotta do». Al medio, guitarra en mano, Bryan Adams: la estrella de la noche.
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La gente se pone de pie y aplaude al artista canadiense. Éste no se mueve del escenario de un lado para otro como la tónica de sus coanciones lo ameritan. Pero la grandeza del show está en la voz que muestra el cantante al interpretar “Can’t stop this thing” y “Don’t even try”.
“Buenas noches Chile. Es un gran placer estar en Santiago, la primera vez fue en el Estadio Nacional, la segunda en Viña del Mar y estoy muy feliz de estar de vuelta» dice Adams tras la primera pausa para dar paso a “Go down rockin’, canción que se desprende del último disco, “Get Up”. El tema alcanza uno de los puntos altos de la noche con el riff de la guitarra y que los diez mil asistentes no paran de ovacionar con aplausos.
«Tenemos canciones viejas, nuevas y muy viejas”, fue otra de las frases que soltó el artista. Pero aunque pasen los años y la cara de Bryan Adams envejezca, la voz del artista y el manejo de guitarra se mantienen intactos y se demuestra con otro puntal de la jornada: “Heaven». El público corea la primera estrofa mientras que el artista recién entra en el coro al decir: “Baby you are all that I want”, las parejas del público se abrazan y un cielo estrellado aparece en la pantalla de fondo.
La jornada siguió con un ágil show del artista que maneja de memoria sus éxitos y demuestra que los años no pasan en vano. El escenario es la casa de Adams y como buen anfitrión, también se da el tiempo para bromear. “Mueve el poto”, pide el cantante a los espectadores antes de interpretar “You belong to me», canción que también pertenece al último disco e invita a bailar el swing.
Con un amplio repertorio el artista no se reservó nada y también cantó “Summer of 69” en medio del show para luego dar paso a “Here i Am”. Una montaña rusa de canciones lentas y cargadas al rock como “Somebody” del disco “Reckless”. Para el final el artista optó por entregar “She knows me”, “Straight from the heart” y “All for love” en formato acústico. “Hágamos una noche para recordar” dijo Adams en un jornada donde se reencontró con un público devoto de sus éxitos y que no olvida aquellas melodías que marcaron una generación.