Ignacio Garmendia debutó con la teleserie “Corazón rebelde” en 2009. En la producción encarnó a Manuel, uno de los galanes de la historia. Una línea que se repitió en los siguientes trabajos del actor hasta “Amanda”, donde por primera vez tuvo un rol de villano (Mateo Santa Cruz), papel que es comentario obligado en las redes sociales por la maldad y locura que ha mostrado el personaje durante los episodios.
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“Nos iban pasando pocos capítulos así que no tenía idea de cuán perverso iba a ser Mateo. Ha sido un regalo de personaje, me siento muy agradecido y esto marca un antes y después en mi carrera”, confiesa Garmendia sobre su rol en “Amanda”. La producción está en su recta final y en los últimos capítulos se vio como Amanda (Daniela Ramírez) fue secuestrada y torturada por Mateo. La producción de Mega suele ser trendic topic en Twitter y el actor ha dimensionado el éxito de la historia que lidera en su horario con un promedio de 18 puntos: “Diría que, de alguna manera, la gente es un poco morbosa. Siento que gozan con las maldades de Mateo y esperan por ver quien va a ser la próxima víctima”. Pero Twitter no es el único medio donde se refleja el éxito del personaje. El actor también ha recibido comentarios cuando anda por la calle. “Me dicen que por favor no sea tan malo o que me arrepienta de mis pecados”, cuenta.
Para construir el personaje Ignacio Garmendia cuenta que no se basó en personajes de teleseries. Las referencias estuvierom en la cinta “Psicosis” y series como “Bates motel” o “The fall”. “El papel, al principio, fue bastante en la sombra. Pero es un personaje súper frío y calculador. No da puntada sin hilo y cuando pierde los estribos se vuelve un poco loco”, sostiene.
Pero no todo es maldad. Así lo confirma el actor, quien aclara que también hay rayo de luz en el personaje. “Creo que la gente ha empatizado con este villano, además está el lado de este amor que tiene por Melissa (Carolina Arredondo), una luz que lo puede redimir”, opina Garmendia. A pesar de esto, Mateo Santa Cruz empieza a postularse como uno de los grandes antagónicos que se han visto en la televisión local. Pero el actor pone mesura al calibrar el legado que dejará el personaje. “ La historia me dará mi lugar, pero ha sido un malo bien particular y no cae mal para su entorno. Ojalá se gane su lugarcito con los otros villanos”, cuenta.
El éxito tiene su precio e Ignacio Garmendia sufrió fuera de cámaras la intensidad de su trabajo. “Me empezaron a complicar el nivel de energía. Los dos últimos meses tuve un mayor agotamiento. Grabar diez escenas seguidas termina con un cansancio extra en el cuerpo”, confiesa el actor, quien, en tono de broma, dice que tiene ganas de irse de vacaciones para sacarse a Mateo del cuerpo. Pero después de ver el final de la teleserie, del que adelanta que seguirá con su intensidad hasta el final. «Mateo va a seguir maquinando y no va a ceder en su obsesión con Amanda”, remata.