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“Sép7imo día”: una celebración de Soda para su público

En el Movistar Arena debutó anoche en Chile este emocionante espectáculo del Cirque du Soleil, que ofrecerá funciones hasta agosto. Una falla técnica interrumpió el principio del show

“¿Cuál es la fórmula mágica?”, le preguntaban a Soda Stereo en su primera entrevista para el diario trasandino Clarín. “La vuelta al baile. Proponemos no dejar más los cuerpos unidos a las sillas y los pies quietos”, respondía el grupo. ¿Eso pretende Soda Stereo?, replicó el periodista. “No lo pretendemos, exigimos efervescencia, baile y diversión a granel”, afirmaron hace 33 años. Ayer, en el Movistar Arena, el Cirque du Soleil buscó cumplir esta exigencia.

En su debut en Chile, “Sep7imo Día, no descansaré” sorprendió a los fanáticos de la banda argentina con un montaje y despliegue, que vivió una falla técnica a casi 15 minutos de haber empezado el show entre los actos de las canciones “Un misil en mi placard” y “Ella uso mi cabeza como un revólver”. Una pausa obligada en la que el público se dedicó a aplaudir a Charly Alberti y Zeta Bosio, quienes estaba sentados presenciado el show, que continuó pocos minutos después. De ahí en más, las canciones más emblemáticas del grupo, continuaron la aventura por el universo de ciencia ficción de la banda liderada por el fallecido Gustavo Cerati. “A veces en la vida se producen esos encuentros mágicos. Lo mismo pasa entre una banda y su público. El amor es eterno”, fue la declaración de la voz en off que minutos antes dio el vamos a esta travesía.

Ayer, en el Movistar Arena, el Cirque du Soleil logró cumplir esta exigencia. Pese a una inesperada falla técnica que demoró el inicio del show, en su debut en Chile “Sep7imo Día, no descansaré” sorprendió a los fans de la banda argentina con un montaje y despliegue impresionantes, que, a través de las canciones emblemáticas del grupo, invitan a una aventura de ciencia ficción por el universo de Gustavo Cerati, Charly Alberti y Zeta Bosio.

Todo inicia con la formación de unos triángulos en el cielo que representaban al grupo argentino y que iban aumentando su tamaño conteniendo virtualmente al público. Para luego presentar a un joven (Noah Nielsen) metido en una jaula, quien se pone unos audífonos que lo liberan de su encierro al sentir el sonido de una guitarra. La canción “En el séptimo día” da inicio a este viaje por la música de Soda Stereo que es representada en una aventura audiovisual de colores y fantasías acrobáticas.

Una situación que destaca en este montaje de la compañía canadiense -que demoró cerca de dos años en armarse-, ya que los asistentes que tenían entrada para el sector de cancha en el recinto del Parque O’Higgins, se hicieron partícipe en distintos actos que dan forma a este show. En esa localidad, la gente vivió la presentación como si estuviera en un concierto de rock. De pie, bailando y cantando junto a unos satélites que están en constante movimiento, orbitando a un planeta, que es el corazón del escenario que se encuentra a dos tercios de la cancha del Movistar Arena.

Todo inicia con la formación de unos triángulo en el cielo que representaban al grupo argentino y que iban aumentando su tamaño conteniendo virtualmente al público. Para luego presentar a un joven (Noah Nielsen) metido en una jaula, quién se poné unos audífonos que lo liberan de su encierro al sentir el sonido de una guitarra. La canción «En el séptimo día» da inicio a este viaje por la música de Soda Stereo que es representada en una aventura audiovisual de colores y fantasías acrobáticas.

Hay actos que emocionan, como la reproducción de imágenes de la infancia de Cerati, Alberti y Bosio en ruedas gigantes; el florecimiento de una floralis genérica, que hace alusión a la ciudad de Buenos Aires y el monumento ubicado en la plaza de la Naciones Unidas, mientras suena “En remolinos”; la proyección de dibujos con arena en una pantalla con “Un millón de años luz” de fondo y el emotivo montaje para la canción “Té para tres”, momento en que se lográ la mayor conexión con el público ubicado en el sectro cancha. Para el cierre, “De música ligera” musicaliza un impresionante despliegue de acróbatas.

“Sép7imo día” de Cirque du Soleil es una experiencia de comunión pensada para fanáticos que celebran la posibilidad de volver a vivir una identificación con un grupo y su música que definió la banda de sonido de una generación.

Revisa el backstage 360º de este espectáculo:

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