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El Festival Internacional de Documentales de Santiago (FIDOCS) abre hoy su 21ª edición con la clara voluntad clara de acercarse al público con una mayor variedad de películas, y consolidarse como plataforma de promoción de los realizadores chilenos a nivel nacional e internacional.
La película «Untitled-Der Film Ohne Namen» («Sin título, La película sin nombre», el filme póstumo del director austríaco Michael Glawogger) es la encargada de iniciar las proyecciones de este año, que se alargarán hasta el próximo 15 de noviembre.
La última será Gimme Danger, de Jim Jarmusch y la selección demuestra la dualidad de estilos que pretenden combinar los organizadores en esta edición, que contará con tres escenarios principales: el Cine Hoyts La Reina, la Cineteca Nacional y la Sala Cine UC.
«Untitled» muestra un viaje a las profundidades de Italia, los Balcanes y el norte y oeste de África, donde su director, fallecido de malaria durante el rodaje y la montajista Monika Willi, buscan retratar la cotidianeidad de la vida de un grupo variado de personas sin ningún enfoque en particular, dejándose guiar por la curiosidad y la intuición.
Una obra que se enmarca dentro de la categoría de cine de no ficción y que contrasta con Gimme Danger, un filme puramente documental que narra la historia de The Stooges, el grupo musical nacido en Detroit en 1967 liderado por Iggy Pop.
Con estas dos proyecciones, según explicó Juan Pablo Fernández, productor ejecutivo del festival, esta edición amplía su «foco de acción» y busca abrirse hacia un espacio «más dinámico», en el que lo real y lo escenificado se entremezclan, creando un nuevo formato.
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Otra de las grandes apuestas de este año, continuó Fernández, es dar una oportunidad a los realizadores chilenos, especialmente a los jóvenes, para lo cual los organizadores han favorecido la selección de hasta un total de ocho filmes de un grupo de artistas de una misma generación, que abordan todo tipo de temáticas.
«Insistir en que FIDOCS sea un lugar para el publico pero también para los realizadores chilenos. Queremos que este sea un festival interesante para ellos, que les sea útil como plataforma para lanzar o consolidar su trabajo en el circuito documental. Ese siempre ha sido el objetivo y ahora queremos insistir aún más en él» afirmó Fernández.
Ocho mil personas acudieron al festival el año pasado y el objetivo es seguir creciendo. Para ello, los organizadores suman este año el cine Hoyts como sede, en un intento por acercarse a un público más cinéfilo que está acostumbrado a visitar este tipo de salas.
«El documental se entiende como un género en sí mismo, como si hablásemos del género de terror en las películas» explica Fernández, «esa tendencia provoca que solo acuda a las proyecciones un nicho muy especializado y fiel de personas que queremos mantener, pero también nos gustaría abrirnos a un público más amplio».
Además, el número total de películas seleccionadas se ha reducido a 58, frente a las 100 de la pasada edición, con el objetivo de aumentar la calidad de obras que se proyectan.
El productor destacó por último la presencia en el festival de grandes figuras del documental, como Jean-Pierre Rehm, director del Festival Internacional de cine de Marsella (FIDMarseille), uno de los más importantes del mundo, quien acude como jurado y aprovechará para conocer a los realizadores chilenos, en busca de talentos que merezcan ser apoyados a nivel internacional.
