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El crudo relato de la cantante Felicia Morales con el que denunció episodios de violencia durante un pololeo

La cellista, quien ha sido parte de las bandas de Mon Laferte, Gepe y Javiera Mena, estuvo cinco años en una relación con un productor musical

La cantante chilena Felicia Morales, quien ha sido parte de las bandas de Gepe, Javiera Mena y Mon Laferte, realizó un crudo relato en el que denunció haber sido víctima de violencia física y psicológica durante una relación de cinco años que tuvo con un productor musical. «Escribo esto porque es mi verdad, viví 5 años de violencia psicológica grave, dos veces golpes fuertes en la cara y esta persona está tranquila en su casa con su historia inventada, trabaja aún con bandas que se abanderan por el feminismo y sigue hablando con quizás cuántas mujeres por internet, engañando a todos, haciéndose la víctima y el encantador. Siento que esto no debiera seguir pasando», es parte de la denuncia que hizo pública Morales en su blog.

«Nosotros habíamos sido amigos durante 4 años, hablábamos casi todos los días por chat y yo sentía mucha confianza con él. Conversábamos sobre cosas cotidianas y también nuestros problemas de pareja ya que ambos estábamos pololeando con otras personas en ese tiempo. Sentí tanta confianza con él que le mostré unas maquetas que grabé con mi cello en casa, las había grabado 2 ó 3 años antes y las escondí por vergüenza. Él me dijo que podíamos hacer un EP con eso y así nació FeliciaEP», escribió.

Morales detalló que durante relación vivió muchos episodios de violencia sicológica y dos llegaron a ser física. «Una de las últimas veces que pudo viajar conmigo fue a México a un festival Vive Latino. Arrendamos una pieza en el mismo hotel del festival y cuando supo que era difícil conseguir entradas para poder ir a los shows, hizo una pataleta de niño sobre la cama. Yo me acerqué a decirle que estábamos en México y que no conocía a mucha gente pero iba a hacer lo posible por conseguir una entrada y al acercarme a hacerle cariño, tiró un golpe con el puño, un combo directo hacia atrás que llegó directo a mi nariz mientras dijo “SALE HUEONA”. Yo no podía creer lo que había pasado, lloré como nunca antes, fui al baño, salió sangre de mi encía, él en ningún momento se movió de la cama para ver si estaba bien, seguía enojado, amurrado. No sabía el número de habitación del resto de la banda para ir ahí y refugiarme. Luego de un rato empecé a sentir culpa (sí, culpa yo) porque él había ido hasta México a verme y yo estaba pensando en contar de este golpe y dejarlo, ¿cómo podía hacerle eso?. Así que callé, me quedé en la habitación», relató.

La segunda vez que recibió un golpe fue en 2015. «Ya no recuerdo por qué, discutimos muy feo y yo quise irme de su casa como lo hacía siempre. Él bloqueó la salida de su pieza, había bebido mucho y comenzó a decirme cosas muy hirientes. Hubo zamarreo, yo quería irme y él no me dejaba, me sujetaba los brazos muy fuerte, manoteé como pude hasta que todo se detuvo con un gran golpe de él en mi mentón. Segundo combo. Esta vez estaba su compañero de departamento en la pieza del lado. Años después me confesó que escuchó todo y no dijo nada», escribió.

El relato es extenso e incluye más detalles de violencia psicológica y episodios de infidelidad de su ex pareja. Incluso, otras situaciones en las que habría actuado con violencia en otras relaciones.

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