Un jet sobrevuela la pista de aterrizaje mientras un chofer de taxi juega al ajedrez sobre su capot y habla por radio. No se ve, pero ahí, en ese avión que se acerca a tierra, está Luis Dimas, cantante nacional de la “nueva ola”, un movimiento de intérpretes musicales de los años 50 y 60 que hoy por hoy yace relegado a shows para la tercera edad, cierres de campañas presidenciales… o hacer películas clase b.
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Lo crea o no, así parte “Este mar sabe demasiado, Takilleitor”, el filme dirigido por Daniel de la Vega y protagonizado nada más y nada menos que por el mismo «Rey del twist» en una aventura exhorbitante donde pareciera que, ni el espectador ni los personajes saben qué diablos está pasando.
Filmada entre 1990 y 1994, en una hora de duración “Takilleitor” muestra la extrañísima travesía de Dimas acompañado por su chofer Takilleitor a través de las carreteras de Chile como si se tratara de una “road movie”, pero sin ningún final aparente, mientras que dos agentes de la CNI persiguen un “papagayo de madera” que contiene un «mensaje político».
Proyectada por primera vez en octubre de 1996 de forma exclusiva para la crítica en el campus de la Universidad Católica, “Takilleitor” compitió con “La luna en el espejo”, una producción de Silvio Caiozzi y escrita por el Premio nacional de literatura, José Donoso. Por supuesto, tal como se podría esperar, fue destrozada por la crítica que incluso la señaló como «la peor película de Chile y del universo”.
“‘Takilleitor’ se supone una película de corte casi dadaísta, incluso disléxico. Un puñado de historias que parecen no tener comienzo ni fin, se revuelven sin orden ni concierto en el que debe ser el filme más insólito jamás visto en nuestro país”, escribió Juan José Salfate en aquella en la que trabajaba para El Mercurio.
Y es que el guión a cargo de Felipe Vilches y el mismo de la Vega no logra conectar en ningún momento una escena con la otra, por lo que la visualización de la cinta es constantemente confusa. Hecha con apenas 60 millones de pesos, la película nació, según contó su guionista en 2014 a la revista Bush in action, como “un intento de rehabilitar la imagen de lo más cercano que hemos tenido de Elvis en Chile”.
Durante todo el proceso de grabación el proyecto estuvo a punto de ser suspendido en varias ocasiones. Esto explicaría que de una escena a otra hayan cambios en los cortes de cabello o el peso de los actores. Eso, además de las constantes incoherencias de una historia que no avanza y que, si empieza en algún instante, jamás concluye del todo.
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A través de la película aparecen y desaparecen personajes sin ninguna explicación, se comentan cosas que nunca se muestran, además de icónicas escenas como en la que el autor de «Señorita desconocida» se pone a hablar de la trama de «Star Wars» a pito de nada. Como broche de oro está el final en que nuestro folclórico protagonista es abducido por un Ovni de plástico al que incluso se le ven los hilos mediante los que cuelga.
Dos años después de la visualización para la crítica, la cinta llegó a la televisión abierta durante un ciclo de cine local que emitió TVN. El 21 de febrero de 1998 fue el gran estreno de “Takilleitor” en Chile. A medianoche Chile conoció la faceta de actor de Luis Dimas que en cada escena que aparecía se ponía a cantar desde “Caprichito” a “Llévame volando a la luna”. Además de Dimas, la producción contaba con la aparición de reconocidas actrices como Alejandra Fosalba, Elvira López, Patricia Rivadeneira, Ingrid Isensee y con la música original de Carlos Cabezas, vocalista y líder de la banda Electrodomésticos.
Luego de alcanzar los 9 puntos de rating, «Takilleitor» desapareció de la faz de la tierra. Y de ahí, el mito.
Una película de culto
Tras su paso por Televisión Nacional, un par de copias de la película llegaron a algunos locales del extinto Blockbuster donde en breve también desapareció. Durante mucho tiempo la cinta se consideró una «joyita» para los coleccionistas, cinéfilos y fanáticos acérrimos del cine clase b.
Era básicamente una obra de culto al nivel de otros desastres cinematográficos como “Troll 2” o “Plan 9” e, incluso, entre los blogs especializados se esbozaba el dicho de que “Takilleitor” era el “The room” chileno, la famosa película de Tommy Wiseau recientemente homenajeada por el ganador del Globo de Oro, James Franco con «El artistas del desastre».
Actualmente el largometraje está disponible de forma íntegra en YouTube gracias a que el mismo guionista de la obra decidió compartirlo en amor a sus fans que, por increíble que parezca, son muchos.
Fabián Escudero
*Publimetro intentó contactarse con Luis Dimas para conocer su opinión sobre la cinta pero se negó a hablar.