Aunque no lo pareciera, Óscar Jaenada ya es un viejo conocido de la industria del entretenimiento en México; el español fue el encargado de darle vida a Mario Moreno en la película “Cantinflas”, la cual vio la luz hace cuatro años. Ahora, el actor interpreta al papá de “el Sol” en “Luis Miguel, la serie”.
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¿Qué tan difícil fue actuar como Luis Rey?
– Fue un compromiso de seis meses, que duró el proyecto. Representó estar en sus zapatos, entender sus razonamientos y simpatizar con cada uno de sus actos. Lo que hice fue creérmelo y hacerlo creíble. En este caso el anzuelo que a mí se me puso fue una biografía de Luis Rey y me di cuenta que me dejó muchos porqués, los cuales fui analizando y vi un personaje muy bueno. Pero hubo mucho trabajo, porque no simpatizaba con él, pero era un tipo muy interesante.
Además de la biografía, ¿de qué otras formas te empapaste de la vida de Luis Rey?
– Hubo mucha gente que trabajó con él, que tuvo problemas con él, los socios que estuvieron con él y su hijo. Además del archivo de radio de Televisión Española, también en YouTube y en su discografía; todo eso me dejó lo suficiente para crear un personaje.
A nivel emocional, ¿te costó trabajo dar vida a este personaje?
– Hay trabajos que son complicados, que te presentan situaciones incómodas; sin embargo, hay que trabajar en ellos y te los tienes que creer. Había secuencias muy complicadas, al extremo de decir “me la estoy pasando muy mal”. Creo que esta serie, por una de las razones que ha funcionado, es porque ha indagado en sitios en los que se pensaba que no se podía llegar. El guión venía muy abierto, muy desdibujado. Artísticamente, como actor, me presentaron a un Luis Rey que necesitaba trabajar y entender; esa investigación me llevó a momentos complicados con Anna Favella (Marcela Basteri en la serie), porque eran una pareja muy especial.
Después de conocer su vida, ¿qué tan villano te resulta Luis Rey?
– La ambición nos hacer ser muy malas personas. Hay una moral, una ética que te hace decir “hasta aquí”, pero hay gente que, por el momento de su vida o la situación en la que vive, se encuentra en un abismo y Luis Rey no tenía miedo y siempre sobrepasaba las líneas, pero eso también influyó en que Luis Miguel hoy sea quien es.
La vida de Luis Miguel no sería la misma sin él
– Sin duda. Es que la manipulación empezó muy pronto. El entrenarlo todos lo días lo ayudó a crear una voz. Sin embargo, él sobrepasó a su hijo muchas veces. Todo es muy subjetivo, pero mi trabajo fue verlo todo y entender la ambición.
¿Cuál es la perspectiva de Luis Miguel antes y después de la serie?
– Yo a Luis Miguel no lo conocía, sólo había escuchado un par de canciones. Vengo de otro lado y cultura, escuché de él cuando empecé a leer la biografía y me quedé impresionado. Y ahora que lo conozco, admiró su control, es muy difícil haber llegado hasta donde está, es un tipo con una personalidad brutal.
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¿Qué te deja en general este proyecto?
– Me aportó muchas cosas técnicas. Y personalmente, conocí a Luis Miguel, no me gusta su música, pero él es un tipo muy especial, muy fuerte.
¿Cuál es el reto al interpretar a personajes que están inspirados en la vida real?
– El no caer en la imitación. Cuando hice Cantinflas contraté al imitador Celedonio Núñez para que hiciera un performance y acercarme al personaje, pero lo que vi fue una parodia de unos minutos y yo tenía dos horas para mostrar a Cantinflas. Entonces entendí que el no caer en la imitación es muy importante al hacer a un personaje real.