El repentino deceso de Liliana Ross fue una hecatombe dentro del mundo del espectáculo. La noche de este lunes, sin importar las inclemencias climáticas, se llevó a una grande, a «la más querida» en el oficio de las tablas. Afortunadamente, según sus más cercanos, la recordada matriarca de «Machos» falleció tranquila y en paz.
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Su despedida comenzó cerca de las una y media de la tarde, cuando ya la noticia repletaba los canales de televisión. Fue en Vitacura, a pocas cuadras de su casa, en la Iglesia de la Inmaculada Concepción en donde mañana está pactada una misa fúnebre en su nombre.
Su último adiós, si bien privado, rápidamente comenzó a recibir a los parientes, sus hijas y por sobretodo sus decenas de compañeros de oficio. Y claro, si algo tenían en común todos los asistentes, era el inmenso cariño por esta actriz.
Como Pablo Brunetti, quién llegó hace 10 años al país, momento en el que ella lo incentivó en el teatro: «siempre tuvo un apoyo, palabras de aliento. Era una gran mujer”. Quien también quiso dar sus palabras fue Claudia Di Girolamo, pues para ella «fue una mujer importantísima. Era extremadamente cariñosa”.
Otros actores como Teresita Reyes o Néstor Cantillana simplemente no tuvieron palabras para expresar.
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En la intimidad era Liliana Brescia Clerici, una genovesa que desarrolló una destacada carrera en el teatro chileno. Para Luciano Cruz-Coke«Lily tenía un encanto y una simpatía muy propia de lo italiana”.
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En el teatro se desempeñó como actriz, aunque también fue directora y productora. También ganó varios galardones, incluyendo un Premio APES por su trayectoria artística en 2011 y el título a la mujer del año otorgado por la revista Caras en 2003 .
Si bien su salto a la fama lo vivió luego de – hace 15 años – encarnar a «Valentina Fernández» en «Machos» de Canal 13, su carrera comenzó mucho antes y siempre en ascenso. El oficio de sus amores incluso la llevó a compartir tablas y proyectos con sus tres hijas; Daniela, Moira y Vanessa Miller.
Siempre innovadora, luchó por el teatro que ella quería hacer, “ella nos decía que había que seguir explorando por ahí, de hecho ella fue de las primeras que trabajó en el Stand Up Comedy, y esto fue hace 20 años”, mencionó Juan Pablo Sáez, actor que también se considera su pupilo: “Ella me empujó a que yo no me dejara derrotar por los fracasos”.
En el ámbito personal, luego de perder a su primer marido, rehizo su vida con Raoul Pinno, a quién – él mismo asegura- cautivó, ya que “su generosidad con todos también me tocó a mí”.
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Algo que todo su entorno tiene claro es que disfrutó la vida hasta el último de sus días. “Fue una aventurera, corrió riesgos. Le importaba un bledo lo que opinaba todo el mundo. Ella lo arriesgó todo”, aseguró Di Girolamo, para luego agregar que «fue una mujer notable, maravillosa y de una inteligencia lúcida».
Su viudo, Raoul Pinno, afirmó estar tranquilo pese a la gran tristeza «sobretodo porque fue todo tan sorpresivo». “Nos encantaba reírnos. Ella hacía cosas maravillosas. Eramos cabras chicos, siempre tomados de la mano. Haciendo bromas» fueron algunas de las razones que pudo dar para comprobarle a la prensa su amor eterno a quien – insistió- siempre será el amor de su vida.
Y sobre su relación, Raoul nos quiso contar el último viaje de la italiana a su tierra natal.
Fue reciente, hace un año. Recorrieron Sicilia juntos «porque el papá de Lily decía que lo más lindo de Italia era Sicilia”. Estuvieron ahí alrededor de un mes y medio, y luego organizó todo para tomar un barco desde Palermo hacia Génova, «entonces ella vio en reverso lo que había visto de niña”, narró con tristeza su compañero de aventuras.
Al despedirnos, el también actor aclaró: «Lily está con nosotros (…) y no estoy triste, estoy muy triste».