Luego de debutar en el Festival de Cannes 2018 y de inaugurar la última versión del festival Sanfic, «El Ángel» llega mañana a las salas de cine de nuestro país para contar de manera atractiva una historia basada en la mirada del mayor asesino serial en la historia de Argentina.
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Protagonizada por Lorenzo Ferro (19), la cinta narra la vida de Carlos Robledo Puch, quien a sus cortos 19 años fue condenado por 12 homicidios, 17 robos y 2 violaciones. El filme ficciona los días previos a su captura y posterior condena, pero no de la forma tradicional.
Basada en el libro “El Ángel Negro” del periodista Rodolfo Palacios, a quien el mismo director califica como “el vocero de todos los delincuentes», la trama de esta película gira en un entorno más bien cotidiano ya que «con Lorenzo quisimos ir por el lado más romántico», cuenta Luis Ortega, quien conversó en extenso con Publimetro.
En su paso por Santiago, el hijo del cantante «Palito» Ortega comenta que no cree «en el spoiler porque la historia es lo de menos» y asegura que en esta trama lo que más importa no son los acontecimientos es su totalidad, pues ratifica que «en realidad el caso real no se parece en nada» a la ficción protagonizada por Ferro.
Hoy, Robledo Push lleva 46 años encarcelado, cumpliendo cadena perpetua en la cárcel de Sierra Chica ubicada en Buenos Aires. En tanto, «Carlitos», el protagonista de esta historia, entre baile y romance, no cumple con el perfíl de un asesino serial. «Esta película relativiza que sea una ‘mente criminal’, o al menos lo complejiza», complementa desde su sillón el único chileno que forma parte de esta cinta, el actor Luis Gnecco.
A quienes ya vieron la película les costará creer que esta es la actuación debut de «Toto» Ferro en el cine. Y es que su energía y talento natural, de hecho, fue calificada por el mismo Gnecco como «fascinante».
Para el novato actor, en tanto, este «fue un desafío súper interesante porque es un personaje que es tan sencillo que es complejo». Fue en esta línea que el joven de 19 años debió ejercitar su lado más bandálico para ponerse en los zapatos del criminal. Así, en su entrenamiento llegó incluso a «asaltar» la casa de Ortega para sentirse un ladrón profesional. «Le robé toda la plata que tenía, que era un poco menos de la que me pagaron. Lo disfruté más que hacer la película», bromea el debutante hijo del actor argentino Rafael Ferro.
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Esto no es cine policial
Su calificativo “El Ángel”, fue otorgado por la prensa que siguió el caso en 1972, pues el aspecto físico de Carlos Robledo Push contradecía la imagen de un criminal “común”.
La actriz trasandina Mercedes Morán, quien en esta oportunidad interpreta a la madre de uno de estos criminales y que vivió el caso desde su génesis, recordó en su silla de hotel que la fotografía icónica del «Ángel de la muerte» llenaba «todos los programas (de televisión) y todas las portadas de los diarios, ya que llamó profundamente la atención por tratarse de un chico rubio, joven y blanco».
En tanto su director quiso explicar que «la idea era aprovechar el morbo de la gente y esta imagen contradictoria de niño asesino para contar algo bello». Sin embargo, recalca que «en realidad nunca pensé (el filme) como género policial porque creo que cuando uno ve esas películas de chico lo que menos quiere es ser policía y cuando las ve de grande tampoco».
Es por esto que se sale de los patrones tradicionales, una fórmula para contar historias que «viene existiendo desde ‘Bonny And Clyde’ y antes también, donde se usa al delincuente para dar un mensaje optimista y a favor de la vida, (no como) la versión de los diarios que te da una cosa explícita y pornográfica sobre la muerte y la violencia. El cine hace esa alquimia de transformarlo en otra cosa», valora Ortega, también conocido por su cinta «Caja negra» (2002) y por la serie «Historia de un clan» (2015).
Y es que el objetivo del cineasta no era juzgar a su protagonista ni relatar su prontuario. Por el contrario, esta es la historia de un joven que vive libre y que ve los robos como una forma de vida.
«No es que pensemos el romanticismo como algo para adherirle a la historia si no que la esencia del personaje cree que la vida es un teatro automático(…) Es un trasfondo sin ideología pero con la convicción de que en realidad todo es mentira, pero bueno, es una película», comenta Ortega.
La realidad fuera de la ficción
De todas formas, y como la suya, Ortega indica que existen decenas de versiones para contar esta historia. «Conozco a muchos que estuvieron presos con él y que están convencidos de que no mató a tanta gente, sino que la policía le sumó muertos que no tenían donde poner. Esa es otra versión muy creíble», precisa el cineasta, a quien de todas formas no le interesan las críticas por su propuesta, ya que «es indispensable aunque sea uno o dos enemigos o detractores porque sino casi que no haría falta la película».
Y no importa desde dónde se le mire, pues no sólo los espectadores comúnes han reaccionado a este trabajo, también lo hizo el mismísimo protagonista de esta historia. ¿La razón? En la cinta además actúa Chino Darín (hijo de Ricardo Darín) y Cecilia Roth, pese a lo que Robledo Push habría «exigido» cuando se enteró de que se filmaría una película sobre su vida: ser interpretado por Leonardo Di Caprio y dirigido por Martin Scorsese.
«No nos alcanzó la plata, Scorsese estaba cobrando muy caro y Di Caprio también», bromea el exitoso director de cine, instalando la idea de que aquellos dichos «en realidad son mentira, pero la gente le cree todo (a los periodistas)». Aunque, de todas formas – y para no ser mal entendido-, precisa que «esto no es un juicio a la realidad, ni siquiera nos importa Robledo Push…, no sé quién es, he visto fotos de él nada más. No es alguien que merezca fidelidad como si fuera algún héroe».