Burt Reynolds, el apuesto astro de cine y televisión conocido por sus aclamadas actuaciones en «Deliverance» (“Amarga pesadilla”) y “Boogie Nights” y por una activa vida fuera de la pantalla que incluyó relaciones amorosas con Loni Anderson, Sally Field y Dinah Shore, falleció. Tenía 82 años.
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El deceso fue confirmado el jueves por su agente, Todd Eisner, quien no proporcionó más detalles de inmediato.
Reynolds inspiró una amplia variedad de respuestas a lo largo de su extensa y errática carrera: fue aclamado por la crítica, y despreciado por la misma; tuvo éxito comercial y también fracasos de taquilla. Reynolds hizo montones de películas que incluyeron desde títulos ligeros como los éxitos «The Cannonball Run» (“Carrera de locos”) y «Smokey and the Bandit» (“Dos pícaros con suerte”) hasta filmes más serios como «The Longest Yard» (“Golpe bajo: el juego final”) y «The Man Who Loved Cat Dancing» (“El hombre que amó a Cat Dancing”).
Fue nominado a un Oscar por «Boogie Nights», la película de Paul Thomas Anderson sobre la industria de la pornografía; ganó un Emmy por la serie de TV «Evening Shade» (“La familia Newton”), y recibió grandes elogios por su papel protagónico en «Deliverance».
También fue un candidato frecuente a los premios Razzie a lo peor de Hollywood, y su vida personal proporcionó drama con regularidad, particularmente tras su amargo divorcio de Anderson en 1995. Tuvo un matrimonio accidentado con Judy Carne, un romance con Shore y una relación con Field que dañó al reconocer que la celaba por su éxito.
Pero siempre presentaba una personalidad genial, a menudo riéndose él primero de su conflictiva imagen.
«Mi carrera no es como una historia médica regular, la mía luce como un ataque cardiaco», dijo a The Associated Press en el 2001. «He hecho más de 100 películas, y soy el único actor que ha sido despedido por las tres cadenas. Personifico la longevidad».
Reynolds era franco sobre sus fracasos, sus remordimientos y sus muchos amigos famosos. Calificó el haber posado desnudo para Cosmopolitan como uno de sus mayores errores porque minó el respeto que se había ganado con «Deliverance». Veneró a Spencer Tracy como uno de sus primeros mentores y llegó a conocer a Johnny Carson, Clint Eastwood, Frank Sinatra y muchos otros.