Hasta el estudio de Llegó tu hora en TVN llegó este miércoles la animadora Raquel Argandoña, quien habló sobre el intenso conflicto familiar que surgió esta semana.
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«Yo como madre me siento pésimo», dijo, explicando que no se puede abanderar por ninguno y que confía en que con el tiempo se puedan querer y respetar. Además, comentó que su separación con Hernán Calderón fue un punto clave en la vida de sus hijos, y que uno de los errores que cometió fue exponerlos.
Respecto a la pelea, señaló que «lo más doloroso ha sido esperar que pasen los días, que sea el momento justo para poder conversar todos. Vienen unas fiestas que son lindas cuando tienes a toda la familia unida. La Navidad me encantaría pasarla todos juntos. Como que el concepto familia lo tengo perdido«.
Adicionalmente, la panelista del Bienvenidos dijo que el pasado lunes 15 se dedicó a escuchar todos los comentarios que hicieron sobre ella en los medios. «Tengo identificadas a cuatro personas que en su debido momento, cuando me los encuentre en un programa de TV, me voy a dar el gusto de… el que me la hace la paga».
«Tengo una lista negra, me puedo demorar seis años, pero tengo buena memoria», sentenció.
Pero no fue de lo único que habló, ya que Denisse Malebrán le preguntó a Raquel sobre el acoso laboral y si es necesario que todas quienes lo sufren deben renunciar por dignidad a sus trabajos. «¿Crees que están todas en poner en esa posición?», le consultó la cantante.
«Obvio que no. Tengo mucha personalidad y uno puede decir basta», dijo, reconociendo que no todas pueden tener esa facilidad ante un ataque violento o abusivo.
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«No estoy de acuerdo cuando mujeres se exponen y van a casting en un departamento», agregó luego, asegurando que «me molesta que mujeres se expongan al abuso »
Por otro lado, el Rumpy preguntó por las fiestas y carretes en los años de la Dictadura. La presentadora de televisión contó detalles de las fiestas de aquellos años, como que iban al bar «Confetti», donde lo pasaba increíble y Patricia Maldonado y Los Huasos Quincheros cantaba en el bar.
«Era un lugar de lo mas entretenido que hay. Estaba abierto a todo público, muy caro», dijo Raquel, agregando que habían «unos tragos salvajes» y que «los que querían se podían quedar».
«El mejor bar de chile», sentenció.