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Alto valor de las entradas a Paul McCartney: ¿Por qué son tan caros los conciertos en Chile?

Confirmación del show de Paul McCartney en Chile reabre el debate. Productores explican cómo se fijan los valores de los tickets

Nuevamente, la confirmación de un concierto en Chile de una mega estrella de la música abre el debate sobre el alto valor de las entradas en comparación a lo que cuestan en otros países de la región. En esta oportunidad, fue el anuncio del regreso de Paul McCartney, para el 20 de marzo del próximo año, el gatillante de nuevos cuestionamientos. Y es que para ver en el Estadio Nacional al ex Beatle, quien trae su elogiada nueva gira “Freshen up”, la entrada más cara equivale a 2 sueldos mínimos ($568.000).

“Hay que entender que en nuestro país se cumplen algunas razones que explican las tarifas, que no son especialmente caras proporcionalmente con la región, si se mira en el contexto de todos los boletos, sacando un valor promedio, y no sólo enfocándose en lo que valen las primeras filas”, explica Jorge Ramírez, presidente de la Asociación Gremial de Empresas Productoras de Entretenimiento (Agepec), a Publimetro. Algo similar opina Roberto Parra, de Fauna Producciones, quien asegura que “no me parece que Chile sea un país estrictamente más caro que el resto. Creo que es una conversación muy de principio del 2010. Sacar ejemplos donde existan entradas más caras es viable, pero hay que hacer un análisis más desarrollado”.

Y es que, según Parra, “hay regulaciones que efectivamente hacen que se encarezca todo” y afirma que a pesar de que hay eventos que son exentos de impuestos con el apoyo de los ministerios de Educación y de las Culturas, las Artes y el Patrimonio, esto es procesado “de una manera muy extraña”. “Hay conciertos que son mega culturales, pero si no te consigues el apoyo de la embajada de un país, éste no se consigue”, expone.

¿Y qué hace que las entradas tengan tan alto valor? Desde Agepec aseguran que hay tres razones de peso: las visas de trabajo para los artistas son carísimas, nuestra condición geográfica no colabora, y los boletos están afectos al IVA (un 19%).

“Nosotros tenemos que pagar una cantidad por visas de trabajo a los artistas internacionales que son únicas a nivel continental, y que no tienen reciprocidad con nada. La ley migratoria está intentando nivelar lo que hoy es una tabla arancelaria anacrónica que considera a los artistas trabajadores sujetos a contrato y no profesionales que hacen un trabajo esporádico en el país. Y entonces hay que pagar 1.400 dólares de visa para cada trabajador británico, ponte tú. Entonces, sólo en una delegación puedes tener que desembolsar casi 250 mil dólares sólo en visas”, explica Ramírez. “Eso castiga mucho a lo eventos de menos de dos mil personas”,  comenta Parra, cuya productora tiene como buque insignia al festival Fauna Primavera, pero también apuesta por realizar show de estas características, tal como ocurrirá esta semana con las tres presentaciones (dos agotadas y una que se sumó para el 8 de diciembre en El Internado) de Erlend Øye en Valparaíso.

Si se desglosa el 100 por ciento del valor de un ticket, al costo de las visas que ya mencionábamos hay que agregarle el 19 por ciento que corresponde exclusivamente al IVA. Y como si ese impuesto fuera poco, el presidente de Agepec comenta que los artistas extranjeros que realizan una actividad remunerada en Chile, están sujetos a un impuesto adicional en orden al 20 por ciento neto del monto de su contrato.

“Además, producir en Chile es más caro porque todo se complica por el tema geográfico, ya que hay que cruzar la Cordillera de los Andes con todos los equipos…, entonces desde el punto de vista logístico todo se encarece”, añade Jorge Ramírez, e indica que en el caso de McCartney también hay que considerar el hecho de que recintos como el Estadio Nacional se llevan el 7 por ciento de la recaudación bruta y eso también afecta el precio de las entradas. Finalmente, hay que sumarle al desglose el 5 por ciento que se lleva la Sociedad de Derecho de Autor (SCD) y el cerca de 3 por ciento que paga la empresa para poder realizar transacciones con tarjetas de débito y crédito.

Por todo lo anterior, Ramírez dice que “hay que terminar con la falacia de que el valor del boleto lo determina el promotor” y afirma que “como gremio estamos trabajando para que no haya más alzas”.

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