“Los noventa fueron bastante complicados para las mujeres en la música”, lanza Nina Persson como manifiesto de una historia que de a poco empieza a cambiar. La vocalista de The Cardigans se acerca a nuestro país para ser la frontwoman de dos fechas, partiendo el 15 de marzo en La Cúpula del Parque O’Higgins, para desplazarse ese mismo fin de semana hasta Concepción, al festival gratuito REC.
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Ser cantante y líder de una banda en pleno 1994, en una pequeña ciudad sueca como Jönköping, no fue nada fácil. Aún así, Persson logró transformarse en referente y poseer una de las voces más reconocibles de la década antepasada. Está distinta, sí, pero cree haber tomado las decisiones correctas para que, 20 años después, su disco insigne siga permitiéndole girar por el mundo, tal como hizo el 2018 en la celebración del “Gran Turismo” (1998).
“Han pasado dos décadas pero somos constantes tocando, eso hace que las canciones no se sientan tan viejas. Estamos bastante distintos pero seguimos juntos y eso da la sensación de tiempo estático. Y si me preguntas qué tan distinta estoy yo, bueno, 20 años más vieja, eso conlleva demasiadas cosas personales y profesionales”, dice Persson a Publimetro.
Pero, ¿cómo es que los responsables de ‘Erase/Rewind’ siguen sonando en radios, llenando salas y encabezando festivales?
“Creo que lo hicimos bien, nunca fuimos pretenciosos respecto a qué estilos integrábamos. Eso nos dio mucha ventaja porque logramos ser atemporales. Es cierto que al comienzo de nuestra carrera hicimos canciones de sonidos cercanos y reconocibles, pero tal vez no eran tan populares en ese tiempo; eso les dio más años de vida”, asegura.
Han sido cuidadosos persiguiendo un sonido que les pertenezca, y el rol de la voz e interpretación de Persson ha sido clave para no salir del radar ni perder consistencia. Es con esta convicción, que la artista se arriesgó a una carrera en solitario que deja como estreno el “Animal Heart” durante el 2014, un álbum que no vislumbra sucesor pero que sirvió como crecimiento para revalorar el formato de banda.
“Fue emocionante pero no es tan fácil ser la única que toma las decisiones importantes. Es bueno estar en una banda, estar sola también. Tuvo cosas increíbles, como no estar rodeada de hombres siempre, pero al mismo tiempo extrañé mucho el saberlos presentes”, cuenta Persson. Al final de cuentas, son sus amigos, los mismos que estuvieron cerca cuando los desafíos de ser mujer en la industria eran aún más adversos.
“La cosa ha cambiado mucho. Cuando yo partí no era muy común tener referentes, conocer a otras artistas para identificarte. No había muchas. No. Había, pero no había vitrina, ni mucho menos la variedad musical que hay hoy”. Expone que “antes, el rol de la mujer estaba coartado a ciertas aristas: o haces un pop ingenuo, o eres atractiva, o eres corista. Tampoco había muchos tipos de mujeres, no podías ser lo que se te ocurría y había mucha presión en cómo lucías”; y no se aleja mucho del discurso que las músicas tienen hoy por hoy, pero Nina, testigo de la mutación desde adentro, está esperanzada. “Están muy diferentes las cosas actualmente, pero siempre para mejor. Cuando estábamos en la época de ‘My Favorite Game’ todo estaba dominado por hombres, todo. No era nada de divertido, la verdad”, analiza.
Ahora, con 44 años y una carrera que no contempla nueva música con Cardigans, la vocalista se prepara para reencontrarse con los fanáticos chilenos, a quienes promete una bomba de hits extraídos del “Gran Turismo”, “Long Gone Before Daylight” (2003), y “Super Extra Gravity” (2005).