De acuerdo con cifras de ONU Mujeres, se estima que “35% de las mujeres de todo el mundo ha sufrido violencia física y/o sexual por parte de un compañero sentimental o violencia sexual por parte de otra persona distinta a su compañero sentimental”.
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Las cifras no mienten. Hay un problema real y muchas mujeres buscan acabar con él desde su trinchera.
Natalia Valdebenito, humorista, lo hace a través de la risa, con un discurso que incómoda, que molesta y que, de manera paradójica, también saca carcajadas.
Natalia ha encontrado en sus rutinas de comedia una forma de activismo, una manera de decirle al mundo con una sonrisa que la violencia de género y la desigualdad deben terminar.
Las rutinas de Valdebenito son ácidas, pero sobre todo son honestas. En entrevista con Publinews Guatemala habló sobre los retos de decir en el escenario lo que muy pocas se atreven a gritar: ¡soy feminista y qué!
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¿Cómo es subir al escenario y decir abiertamente que eres feminista?
Llevo bastante tiempo haciendo este material sobre feminismo. Lo hacía y percibía lo que le pasaba al público. Como comediante y como actriz disfruto mucho de lo que le pasa al público, les guste o no les guste.
En tus rutinas hablas de aborto, de violencia, de sexualidad, de desigualidad, ¿cuál es el mayor reto?
A mí me duele todo lo que pasa, me conmueve profundamente, no hay algo que yo utilice, yo esto lo vivo a diario, lo vivo con todo. Por ejemplo, con haber hecho esto tan expuesto, la gente también se siente con el derecho a agredirme como de pedirme ayuda y yo vivo en ese equilibrio.
Alguna ves escuché una frase, creo que de alguien muy famoso, no recuerdo de quién: “si a tu obra no le interesa el mundo, no esperes que al mundo le interese tu obra”. A mí de verdad me importa lo que está pasando, yo lloro a diario con esto sufro a diario con esto. Me conmueve, soy capaz de poner el pellejo, la cara y el cuerpo, me he puesto en riesgo. He pasado por situaciones de riesgo frente a esto. Las amenazas son constantes, y creo que eso le pasa a todas las feministas que han sido capaces de decirlo.
A mí me preocupa esto profundamente. Cuando descubrí que en el stand up había una herramienta y un arma muy noble, pero un arma igual, me dije “esto es una oportunidad. Aquí se me juntó todo lo que yo deseo, decir algo en el escenario, tratar de transformar. Si hay una persona que se vaya con otra idea, yo ya estoy”.
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Hasta hace unos años el stand up y el mundo de la comedia en general era dominado por hombres, ¿fue complicado para ti ser parte de eso?
Soy una referente en Chile porque fui una de las primeras. Si en algún momento me hice más conocida, fue por el «Club de la comedia». Allí comencé hace como diez años y yo me retiré de ese programa. Renuncié por motivos de machismo, porque me estaban sesgando, me estaban encerrando, sentía que ya no podía crear.
No quería ser una mujer gomero, no soy una planta, yo siempre he tenido la sensación de que cualquiera de nuestros discursos sí se puede posicionar en un primer lugar. Aparte no tengo porqué esperar mi turno. Quiero ganarme mi puesto, y yo lo hacía a diario en ese programa y además me iba muy bien, en rating, en los shows que daba afuera, en todo, no había razón para que yo me fuera.Me fui porque honestamente era insufrible el ambiente y el ánimo que había por nuestro trabajo y me definí en es minuto “yo no estoy disponible para ser ni un muro”.
Su show llega a «Netflix»
Natalia es una de las primeras mujeres latinoamericanas en estrenar un show en Netflix, servicio en streaming que catapultó su carrera hacia el exterior, ¿cómo llegó ahí? ¿cómo vivió ese proceso? Ella misma lo relata.
Hay dos especiales y uno llegó solo, que es Gritona. Yo digo que es mi hija superdotada. Llegó sola, fue por Comedy Dinamics, eligió su primer producto latino y en ese entré yo. El primero fue la suerte, no fue preparado para eso, fue un show muy grande que yo hice en mi país de manera independiente, todo sale de mi propio trabajo, no recibo dinero de ningún patrocinador. Es show yo lo grabé a modo de recuerdo y luego llegó a Netflix.La segunda vez fue distinta, Netflix llegó a mí, en el especial tengo la certeza de que hay muchas personas que me están escuchando, por lo mismo hago hincapié en ciertos puntos. Me parece que es una suerte estar en esa plataforma porque es una manera de hacernos conocidos.
El show de Netflix era la primera vez que lo hacía. Tengo algo como kamikaze de guardar los chistes como si fueran buenos y probarlos en el escenario. Esa vez probé una hora y veinte. No había nunca hecho esa rutina y era la primera vez que lo hacía. Creo que necesitaba eso. Sentir que esto está vivo, quiero que me sientan con miedo, quiero que vean mi vulnerabilidad para que nos hagamos amigos. Jugué con eso, es arriesgado, pero igual lo hice, me dio gusto en todo caso de jugármela.